Enero. Mes de retornos al curro, cuestas, números rojos y buenos propósitos. En conclusión, «bajona» mala. Pero no os preocupéis que para eso llega el tradicional artículo recopilatorio de las mejores revistas independientes de 2022. La solución para todas las maluras de primeros de año, menos para los números rojos bancarios, ya que venimos cargados de excusas para dejaros el parné y adquirir revistas independientes en vuestros establecimientos au choix.
Fieles a nuestro modus operandi, damos prioridad a que la mayoría de ellas sean inéditas en el blog. De este modo, anteponemos nuestra voluntad pedagógica a una selección anual convencional donde —qué duda cabe— repetirían muchas de las que han protagonizado recopilatorios anteriores. Al final de este post os hemos dejado un esplenderoso previously para que os sumerjáis en el folclore revistil de Rayitas.
Redoble de tambores. Las mejores revistas independientes de 2022 según Rayitas azules han sido: ¡Mússica!, Mother tongue, Balcony, We present, Its freezing in LA, Racquet, Record y The Jungle Journal.
Aviso para navegantes: se trata de un artículo largo y Gran Reserva, mucho mejor disfrutar con relax, en varias sesiones y con un buen vino, que hay mucha tela que cortar, detalles en los que detenerse (aluvión de fotografías como viene siendo habitual) y en definitiva, inspiración a cascoporro. Así que a descorcharse un vinazo, y ¡a disfrutar!
Mother tongue
Mother tongue forma parte de un —cada vez más— nutrido nicho en el mundo de las revistas independientes: la maternidad (y paternidad), vamos, reproducirse y educar hoy en día. Renovar temáticas va más allá de una tendencia en el mundo de las publicaciones, para casi convertirse en una suerte de obligación.
Mother tongue se une así a otras cabeceras de mayor solera como la polaca Fathers o la (casi) recién llegada MaMagazine, para ofrecer una versión amplia, variada y madura de la maternidad que profesan sus fundadoras y editoras Melissa Goldstein y Natalia Rachlin.
Lo que nos ha conquistado
Ay mamá
Por encima de cualquier otra consideración, Mother tongue es fiel a su naming. Se trata de una revista de madres, realizada por madres. Llama la atención la ausencia de niños o niñas en sus pliegos. Aquí lo importante es la mujer, su relación con su entorno, con sus propias progenitoras y abuelas, y relegando el vínculo con sus retoños a una línea argumental de fondo, que meramente salpica los diferentes artículos.
Arquitectura interna
Su contenido se divide en varias partes (4 en su segundo número), separadas por portadillas dobles con amplio protagonismo de la tipografía y la fotografía a sangre. Los títulos de cada una no remiten a secciones fijas, sino que participan de la perspectiva de eclecticismo sin forzar de la que hace gala la cabecera.
Una de las portadillas divisorias de Mother tongue.
Las temáticas son tan diversas como interesantes: madres strippers que hablan sin tapujos de la cosificación de la mujer y la misoginia, o madres que no querían serlo, pero que de repente se tienen que hacer cargo de varios infantes tras el advenimiento de una desgracia.
Como apunte, nos ha tocado además la patata al núcleo melómano noventero con la entrevista a Kim Gordon (de Sonic Youth), que seguro haría las delicias de nuestros amigos de ¡Mùssica!
La entrevista a Kim Gordon nos ha tocado el melón melómano (lo que viene siendo el melónmano).
Fotografía y «moderneo»
La fotografía se corona como reina absoluta de la gráfica interna, con una ausencia prácticamente absoluta de ilustración. Sin embargo, Mother tongue no se casa con ninguna tendencia o estética concreta en este sentido. Su tratamiento nos recuerda a ratos a la mejor Nova, mientras que en otros pliegos se acerca visualmente a Nork (una favorita del blog). Esto último se refleja sobre todo en los collages —especialidad de su directora de arte— y en el jugueteo con la composición tipográfica o el espacio entre palabras.
Mother tongue se deja seducir por las tendencias en diseño de revistas más en boga.
Vanessa Saba se encarga de la dirección de arte y alterna con maestría las últimas tendencias tipográficas en algunos pliegos, con una mayor contención en otros. No renuncia, además, a la experimentación en la puesta en página, alternando disposiciones verticales y horizontales para implicar a las lectoras.
Balcony
Podría decirse ramplonamente que Balcony es una revista bianual sobre arte. No obstante, quien espere una sucesión de obras de arte a modo de catálogo quedará sorprendido por la perspectiva de esta cabecera. Y es que la principal virtud de esta cabecera estadounidense es que las obras son la excusa para centrarse en artistas por encima de sus creaciones, y poner el acento en cómo las forjan.
Sus editores y fundadores Audrey Rose Smith y Vicente Muñoz, trabajan en el mundo del arte —galerista y escultor respectivamente. Su hastío compartido por el tratamiento frívolo del mainstream periodístico y su visión sesgada basada en exposiciones y grandes subastas dicta la visión única de esta revista independiente.
Las obras artísticas adoptan un rol secundario en Balcony. Comprender la esencia del artista resulta imprescindible para nuestro entendimiento de dicha obra hasta tal punto, que resulta imposible disociarlas. Una afirmación evidente que, sin embargo, no suele reflejarse en cómo se nos presenta el arte a través de los medios.
Lo que nos ha conquistado
Intimidad
Como ya hemos anticipado, el foco de Balcony recae en quien realiza el arte más allá de su arte en sí. Pero además lo hace de una forma íntima y respetuosa a más no poder. Como el naming de esta cabecera sugiere, nos asomamos desde un «balcón imaginario» a las vidas de los artistas, incluso más allá de su muerte.
Un buen ejemplo sería el artículo dedicado a la fotógrafa Sarah Charleswoth, escrito por su hija Lucy, y que incluye recuerdos de su infancia donde su madre tenía que emplear cortisona para mitigar los daños provocados por los líquidos químicos indispensables para lograr el «realismo mágico« del que quería impregnar sus fotografías. Sorprendentemente, el artículo nos muestra manos y guantes quemados, pero no el resultado final.
Elección tipográfica
Una de las bazas mejor jugadas por su director de arte Ben Fehrman-Lee, radica sin duda en la alternancia tipográfica. El uso de una sans bold humanista para el contenido troncal (navegación de página, prólogos, introducciones) contrasta con una maravillosa condensada para las entrevistas y diálogos con creadoras y creadores.
Otro detalle relativo, quizá no tanto al diseño como a la estructura, descansa en que las páginas de imprint, así como la publicidad de Balcony está ubicada en el ecuador de la publicación, ni al principio ni al final. De esta forma, la cabecera rompe de raíz con convenciones editoriales asentadas y solidifica su compromiso con una visión única.
Contraportadas que son sumarios
Explotar las contraportadas para añadir un componente de creatividad extra, constituye una de las tendencias en diseño de revistas independientes más constante en los últimos años. Atrás quedaron los tiempos en los que una contra se ocupaba siempre con publidad. Tiene todo el sentido si pensamos que el modelo a la hora de adquirir publicaciones ha pegado un giro de 360º (y porque no hay más grados, que si no…).
Balcony se suma a las contraportadas con significado y peso visual empleándola como sumario. De hecho, omite el consabido índice al principio de la publicación, y confiere la responsabilidad de localizar los diferentes artículos a través de la «contra». De esta forma, no solo alardea de creatividad sino que a modo de libro genera una suerte de sinopsis, muy coherente con su filosofía.
We present
Tras Balcony, continuamos con otra publicación con el arte y la creatividad tras bambalinas con We present. Ambas revistas independientes comparten una visión novedosa en lo que a sus planteamientos se refiere, aunque quizás, la versión impresa de la plataforma editorial creada por We transfer (no necesita presentación ¿no?) haya trasgredido de forma más notoria los límites de las tendencias en diseño de revistas.
Si bien realizar varias cubiertas alternativas se ha convertido en un recurso de lo más recurrente, la propuesta de We present va más allá, pues se trata de 3 versiones diseñadas por 3 profesionales distintos. El contenido base es idéntico, pero los recursos gráficos y visión única de cada opción deviene en 3 productos editoriales tan notables como característicos.
Turbo (Amán), Hort (Berlín) y la archiconocida Paula Scher (Nueva York) —protagonista de este artículo— convierten el número 5 de We present en una auténtica antología del diseño editorial actual.
Lo que nos ha conquistado
Paula Scherismo
Al tratarse de 3 publicaciones únicas en cuanto a su diseño, nos vamos a basar en la que adquirimos. Nos hubiera encantado contar con todas, pero hubiéramos tenido que lanzar un crowdfunding (que tener un blog es de todo menos rentable).
Aunque a esta excepcional diseñadora siempre se le identifica con ciertas obras donde se cimentó su carrera, si algo la caracteriza es su búsqueda constante e inconformismo. De hecho, cada artículo hace gala de una aproximación estética única donde se mezclan collage, fotografía, ilustración, y hasta «feísmo» si me aprietas. Lejos del eclecticismo que podamos dar por sentado, el resultado final supera la premisa gracias al ADN gráfico de Paula, ineludible pese a la diversidad de planteamientos.
Manifiesto
La edición de este número de We present viene acompañada de un póster plegado con el manifiesto del famosísimo artista y activista (quizá no por ese orden) chino Ai Weiwei. Se trata de una compilación de 10 reglas básicas para aunar la vida cotidiana con la creación.
Viniendo de uno de los artistas más importantes en la actualidad, y teniendo en cuanta que además el diseño y la paleta cromática nos chifla, nada que objetar a este obsequio inserto en la revista, que nos sorprendió al empezar a hojearla pues desconocíamos que venía incluida. «¡Chorpresa!»
¡Mússica!
La nueva cabecera ¡Mússica!, editada por Palaugea (responsables de la imprescindible Gràffica), ha sido protagonista en nuestro blog de un artículo entrevista completo, pero no nos podíamos resistir a incluirla también en nuestro recopilatorio de lo más granado de esta añada 2022.
El nuevo artefacto editorial articulado por Ana Gea y Víctor Palau, y consagrado al universo musical en sentido amplio, vino a alegrarnos el año con el lanzamiento de su primera entrega, consagrada a la «Revolución». Pero es que su segunda entrega dedicada al «sexo» es una auténtica maravilla, tal y como podéis apreciar en las fotografías. No sólo redunda en los aciertos del primer número, sino que consolida su estilo y abre su periodismo musical caleidoscópico aún más.
Lo que nos ha conquistado
«Hojeable» a la vez que «ojeable».
Considerar a ¡Mússica! como una revista independiente implicó al menos una pequeña reflexión inicial. ¿La conclusión? Da exactamente igual como quieras calificarla, puesto que una de sus grandes virtudes consiste que se define por si sola.
La ausencia de una estructura estándar en lo que se refiere a contenidos, por ejemplo, refleja a la perfección ese espíritu innovador y alejado de caminos más transitados en el mainstream. Como defensores acérrimos que somos de la búsqueda de personalidad y capacidad de entretener de las revistas independientes (o no), ¡Mússica! cumple con la premisa de ser «Hojeable» a la vez que «ojeable».
En otras palabras, cumple con su función de divertimento visual y profundización conceptual a la vez, generando una suerte de doble capa de aproximación. Cumplir expectativas con diferentes perfiles de lectoras y lectores se convierte en uno de sus múltiples aciertos.
El reportaje sobre Zahara uno de nuestros favoritos. La amamos.
La revista Odiseo, iniciativa de Folch Studio, ya fue una de nuestras revistas independientes favoritas en 2017.
Tipografía hiperbólica
Las páginas de impronta tipográfica con referencias a frases y pelis nos rechiflan absolutamente, así como los sustantivos que acaparan pliegos completos. No ocultan ni sus gustos ni el ADN de su «prima» Gràffica —ni falta que hace. Al fin y al cabo, los amantes de las revistas independientes nos dejamos seducir por líneas editoriales consistentes a todos los niveles. La audacia estética y temática no es nada si no es coherente, y de esto Palaugea sabe un rato largo.
Una revista sobre música que no parece una revista sobre música
¡Mússica! está sorprendiendo a propios y extraños del diseño por su calidad general en un sector editorial —el musical—donde la excelencia en diseño no abunda. La puesta en página resulta espléndida, con un cuidado uso de materiales, encuadernación con solapas y desplegables (al loro con las fotos), frecuentes cambios de papel y, en definitiva, un tratamiento editorial exquisito.
Las cubiertas se despliegan para mayor impacto si cabe. Espectacular.
Asimismo, la cabecera hace gala de un sólido compromiso con las premisas de la cotidianidad digital con la que convivimos. Un buen ejemplo son las playlist escaneables —imprescindibles en la era Spotify— que conectan lectura con interactividad, y tensan más la sombra de la publicación para ampliar su universo y vigencia.
Its freezing in LA
Its freezing in LA! lleva ya 10 números alimentando en formato papel su compromiso con el medio ambiente y con la publicación editorial sostenible. Encuentra su sitio entre la ciencia y el activismo no radical, haciendo hincapié no solo en las pruebas empíricas del cambio climático, sino también en cómo nos afecta antropológica y socialmente.
Uniendo estas dos premisas básicas, la lectura de Its freezing in LA! resulta de lo más gratificante y útil. Mientas que otras cabeceras consagradas al cambio climático podrían pecar de «predicar para el converso», el regusto que le queda al lector no es de haber sido arengado o inundado de mensajes sin esperanza, sino de contraste de opiniones y verdades sin mayores pretensiones que las de aportar alternativas reales. Poca broma amigas y amigos.
Lo que nos ha conquistado
Naming
Quizás nuestro público recuerde una de las frases más emblemáticas del ex-presidente (y esperemos que siga con el «ex» delante) de Estados Unidos, Donald Trump en su negación del cambio climático. Sucedió en el transcurso de un discurso precisamente en Los Ángeles en 2013. El susodicho ponía como ejemplo tormentas de hielo en lugares geográficos improbables hasta entonces como Texas o Tennessee, sin reparar en que son estos fenómenos poco habituales los que precisamente mejor ilustran el cambio climático.
Casi tan sorprendente como la variedad de estupideces de las que el amigo Donald es capaz de sacarse de su chistera en un solo mitin, resulta que una revista independiente base su nombre precisamente en un fragmento de este discurso. Solo por eso ya nos merece absolutamente todos los respetos.
Formato sostenible
Una de las grandes bellezas de las revistas independientes radica en el hecho de que las debilidades de unas pueden convertirse en las fortalezas de otras. Si bien siempre celebramos la profusión de impresión y acabados, los formatos XL, y, en definitiva, todo lo que nos cautiva al tacto, en esta ocasión debemos centrarnos precisamente en lo contrario.
Y es que detrás de las 60 páginas grapadas de Its freezing in LA! reside la voluntad de predicar con el ejemplo. Se trata de una revista de pequeño formato, pero al mismo tiempo es el producto más sostenible que pueden realizar para comunicar sus contenidos: no usa pegamento en el lomo (de ahí las grapas) y usan la menor cantidad posible de papel y tinta, todo lo cual contribuye a que su distribución a lo largo y ancho del globo deje una huella de carbono menor que prácticamente cualquier otra publicación.
The Jungle Journal
En 2021 os invitábamos a conocer The Jungle Journal, más que una revista de viajes, la narración de una aventura que trascendía fronteras físicas. No pudimos alegrarnos más de recibir la continuación de su aventura el pasado 2022. Pudimos constatar cambios evidentes en lo que a formato se refiere, pero al mismo tiempo comprobamos con satisfacción como su espíritu aventurero seguía absolutamente vigente.
Más que una revista independiente al uso, The Jungle Journal se define como una plataforma online cuya consecuencia más tangible es una revista impresa anual. Medio ambiente, cultura global, ecosistemas, historia antigua y moderna, así como reflexiones en torno al activismo indígena conforman sus artículos.
Lo que nos ha conquistado
Disfrutar el viaje
La experiencia compartida por Sara y Gabriel constituye la base de esta publicación que aúna en sus pliegos cultura, medio ambiente y turismo, y que además, construye un puente maravilloso entre Galicia y Texas. Casi nada.
Uno de los grandes méritos de The Jungle Journal descansa en recordarnos que no deberíamos concebir la vida sin viajar y sin ser conscientes de nuestro entorno. La cabecera apuesta por visibilizar la importancia de volver a las raíces y de dar valor al entorno en el que vivimos. En sus propias palabras «A través de nuestro trabajo queremos generar una re-conexión con la tierra compartiendo historias globales y promoviendo una educación accesible, basada en el corazón». Esto se concreta en que en cada volumen se presente una región diferente del mundo.
Aprendizaje visual
El valor de en lo que respecta al diseño ha crecido exponencialmente. La elección de un formato más pequeño, además de hacerla más sostenible y favorecer su distribución, la convierte en una publicación cuya impronta se acerca más a otras revistas independientes amigas.
Además, potencia un cierto sabor a libro en lo que a diseño se refiere. Eso no quiere decir que las tripas pierdan impacto visual. Al contrario, se consagra un amplio porcentaje del espacio al contenido fotográfico que se une a entrevistas, ensayos y artículos académicos.
The Jungle Journal se prodiga en aperturas de artículos con fotografía a sangre.
Racquet
Como no podía ser de otra manera, en cualquier selección que se precie debe aparecer uno de los nichos más interesantes, prolíficos y repletos de alegrías de las revistas independientes: el deporte. Si en 2021 os hablamos de Good Sport y su aproximación ecléctica a una amplia variedad de deportes, Racquet se centra en el universo del tenis.
La cabecera cuyos cuarteles generales se ubican en Nueva York, se publica puntualmente cada cuatrimestre para celebrar el arte, ideas y movimientos culturales alrededor del tenis. Para ello se rodean de una escritura de alta calidad, así como de arte y fotografía de renombre, para explorar el paisaje tenista y aportar un resultado tan interesante en lo visual como en el contenido.
Racquet demuestra un gran respeto por las aperturas de artículos, que reciben el peso gráfico adecuado.
Lo que nos ha conquistado
Nostalgia
Racquet no esconde su devoción por el tenis, pero no de cualquier versión del tenis, sino de la que añora otros tiempos pasados que considera mejores. Y nos les debe ir mal este enfoque, ya que llevan la friolera de 21 números publicados, que para ser una revista independiente sabe como sacarle a Nadal 21 match points.
Esto no quiere decir que todo su contenido se centre en el boom de las décadas doradas de los setenta y ochenta, si no que la publicación no esconde sus preferencias. De hecho podemos encontrar artículos tan alejados de esta nostalgia vintage como el que nos habla de un grupo de metal bautizado tras el apellido del famoso tenista Alex Corretja.
Variedad gráfica
Un primer vistazo a Racquet nos puede llevar al equívoco de que, tras su impronta clásica, se esconde un diseño excesivamente formal. No obstante, de la misma manera en la que se centra en lo más refinado del universo del tenis, esto no es menos cierto en la aproximación al diseño editorial.
Si bien la distribución de textos a doble columna —con alguna concesión excepcional a notas al pie o destacados en forma de margen académico— puede antojarse repetitiva, la variedad gráfica apabullante relativiza esta aparente sobriedad, sobre todo a base de fotografía.
Racquet usa «páginas de guarda», una tendencia que vemos cada vez más.
Record
Sobre este clásico de la independencia revistil ha recaído la responsabilidad de cerrar la selección de este año. Record lleva varios años fiel a su planteamiento editorial y gráfico.
De carácter bianual, la cabecera está consagrada a la música (y van ya 2 en esta selección) y se basa en entrevistas de largo formato que se maridan con acierto con fotografías personales de las viviendas, estudios, santuarios y vecindarios de los artistas protagonistas de cada nuevo número.
Lo que nos ha conquistado
Revistas de entrevistas
El leitmotiv de la cabecera radica en conseguir una visión de la vida real del músico. Aunque normalmente interactuamos con la música en base a las canciones y a lo que se publica sobre estos, el día a día cotidiano se pierde, y muy a menudo es precisamente ahí donde se produce la magia. Karl Henkell —su editor— está más interesado en lo que los artistas escuchan en casa, con qué aparatos, en qué ambientes, etc.
Al mismo tiempo, esta aproximación permite que el público entabla una relación más íntima con el universo musical del artista en todos los ámbitos. De esta forma, la persona tras el artista genera mucho más empatía tras atisbar de cerca lo que le rodea.
A esto también ayuda, todo sea dicho, a que la elección de los protagonistas se basa más en el interés personal que suscite a Karl por encima del éxito, relevancia o seguidores que puedan tener. Internet hace la música más accesible y resulta interesante observar los vínculos que se activan entre gente que vive en distintos lugares del mundo.
Sobriedad editorial
Aunque somos firmes defensores de la diversión y variedad gráfica en el diseño de revistas independientes, siempre celebramos composiciones más sobrias que contribuyan a potenciar la personalidad del contenido.
Las páginas de Record resultan calculadamente sobrias. Este rasgo, que puede resultar negativa para algunas personas, para nosotros es consecuencia de una reflexión profunda sobre el contenido, que debería erigirse siempre como principio vertebrador del diseño. De esta forma, Record es al universo revistil lo que Woody Allen al cinematográfico y, mucho cuidado, que esto es un piropazo.
Y llegamos así al final de este artículo-selección de 2022. Como todavía está por ahí rondando la resaca de los reyes magos, desde Rayitas aprovecharemos para pedir a sus majestades muchas revistas independientes para 2023, y nosotros que las leamos, relamemos, fotografiemos, amemos, disfrutemos y traigamos. Mientras tanto, dadle caña a nuestro Instagram que todas las semanas cae alguna.
Todas las fotografías: Salva Cerdá
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