¿Qué camiseta “to guapa” me pongo? ¿Barça o Madrid? ¿Carson o Vignelli? ¿Dejo que la barba me llegue al ombligo o me la recorto a lo George Michael? ¿Qué tamaño le doy a mi publicación? De las miles de preguntas que se plantea un diseñador editorial a diario, en Rayitas azules os vamos a resolver la última, que es para la que estamos más preparados. ¡Ojo! Que si albergáis dudas sobre vuestro “outfit diseñil”, os hacemos de personal stylist. Por nuestros lectores, ¡lo que sea!
Además, como prueba de nuestro amor incondicional os traemos un regalico excepcional: un pdf descargable con un resumen visual de los formatos más usados en editorial. Vamos una cheat sheet así, en moderno.
Lo único que os pedimos a cambio es que os suscribáis a nuestra newsletter ¿Sólo eso? Pues sí, además de no perderos así ninguno de nuestros posts (hechos con el amor de mil abuelas, “¡cuidao!”) sólo haremos un envío mensual, y prometemos ser cero “pesaos”. Y tras esta introducción, ¡vamos al lío que por allí asoma ya el Monte Pío!
Formatos y proporciones
¿Qué entendemos por formato? En pocas palabras, el formato es el tamaño final que tendrá un libro cerrado. De las decisiones que tenemos que tomar para afrontar el diseño de una publicación es, lógicamente, la que ocupa el primer lugar. Tenemos que valorar el formato ideal para nuestro producto antes de poder continuar con otras fases del proceso de reticulación (generar márgenes, columnas, etc.).
Con objeto de estipular las dimensiones de nuestra publicación con criterio, atenderemos a unos factores que podríamos definir como funcionales, económicos o técnicos. Al mismo tiempo, tendremos en cuenta también otros de índole más visual o estética.
¿Es para leer o para contemplar?
Es curioso hacer notar que, aunque los medios que empleamos para producir libros han evolucionado muchísimo desde Gutenberg, otros factores como el tamaño final permanece más o menos inalterable. Esto es debido a que existen criterios funcionales y lógicos que se no han cambiado con el paso del tiempo. Y es que el target de un libro sigue siendo el mismo que hace siglos: los lectores, es decir, nosotros y la función que la propia obra tiene. Esto nos lleva a establecer una gran división en la que encajar la publicación:
– Libros de texto corrido, o de sólo texto
Son libros para disfrutar de la lectura, con pocas o ninguna imagen. Están concebidos para leerse de forma continuada, por lo que deben ser ligeros, permitir una longitud de línea ideal (ya hablaremos de esto más adelante) y que se puedan sostener con facilidad. Un buen ejemplo de esta tipología sería cualquier novela o ensayo. Si un libro pesa demasiado (el tamaño es un factor determinante para esto), el acto de leer se convertirá en una experiencia farragosa y molesta.
De esta forma, el tamaño de este tipo de obras rondará a grosso modo el A5, aunque habrá particularidades dependiendo de que se trate, por ejemplo, de un libro de poesía o una novela, o bien de una edición de bolsillo o de tapa dura.
– Libros con imágenes
Nos referimos a aquellos volúmenes donde la carga gráfica (imágenes, ilustraciones, etc.) es la más importante. Pueden (y, de hecho, llevan) una carga textual más o menos importante, pero reproducir las imágenes con fidelidad y tamaños apropiados, se erige como nuestra mayor prioridad.
Para poder disfrutar de dicha carga gráfica necesitamos un tamaño “apañaete”, y ya sabemos que a mayor formato, mayor peso. Así, no sostendremos la obra durante todo el proceso de lectura, sino que emplearemos puntos de apoyo para ello. El tamaño, por tanto, rondará el A4. La casuística es amplísima, pero buenos ejemplos de ello lo constituyen los catálogos de obras artísticas, donde intentamos equiparar la experiencia de contemplar las obras en un museo (por ejemplo), con la de hacerlo a través de un libro.
Para poder disfrutar del proceso de lectura, el libro debe pesar lo justico. Si pesa mucho nos echará para atrás. De igual forma, un catálogo con imágenes muy pequeñas, provocará que nos perdamos muchos detalles de las mismas.Sistemas de medidas
Una vez hemos clasificado el contenido de nuestra publicación como de texto corrido o con imágenes, decidiremos las medidas concretas. Para ello, es importante que conozcamos los sistemas de medidas “oficiales” y los “no tan oficiales”, para decantarnos por uno en concreto.
Normativa ISO
Como hemos dicho más arriba, los tamaños más usuales se basan en la norma ISO. Formatos como A4, A3, A5, etc. son muy populares. Además, tenemos la ventaja de que desperdiciamos muy poco papel y optimizamos nuestra inversión.
En el sistema ISO (International Organization for Standarization) cada formato es la mitad o el doble del siguiente (o el anterior, según corresponda). No obstante, no hay una única serie ISO, sino que se consideran varias series que te aclaramos en un periquete. Puedes ver las medidas concretas aquí.
Serie A: constituyen la base del sistema ISO. Al ser los tamaños más conocidos por profesionales y público en general, se emplean con mayor frecuencia para definir nuestros tamaños finales.
Serie B: está constituida por una serie de tamaños que podríamos situar entre los tamaños A. De esta forma, ampliamos el abanico de posibilidades y soluciones.
Serie C: se usa sobre todo en sobres y bolsas para contener los formatos de series A y B. Sigue idéntica lógica a la serie B respecto a la A.
Series D y E: se emplean sobre todo para papel de dibujo o impresión artística.
La imprenta comercial: series RA y SRA
Como ya sabemos, en la impresión comercial offset se emplean los pliegos. Las páginas se imprimen en formatos grandes y, posteriormente, se pliegan constituyendo cuadernillos que ya tienen el formato final. Dichos cuadernillos se coserán y encuadernarán en fases posteriores.
Las series RA y SRA albergan tamaños levemente superiores a la serie A. Su uso principal es como pliegos para máquinas de impresión comercial offset. La diferencia de tamaño proporciona espacio para que el preimpresor pueda añadir las marcas de impresión (sangrado, plegado, calibración), así como espacio suficiente para las pinzas. De esta forma, al guillotinar tras la impresión, obtendremos como tamaño final la serie A.
Tamaños RA
RA0: 860 x 1220 mm
RA1: 610 x 860 mm
RA2: 430 x 610 mm
RA3: 305 x 430 mm
RA4: 215 x 305 mm
Tamaños SRA
SRA0: 900 x 1280 mm
SRA1: 640 x 900 mm
SRA2: 450 x 640 mm
SRA3: 320 x 450 mm
SRA4: 225 x 320 mm
El diseñador tendrá en cuenta estos formatos para calcular si el tamaño final de su publicación encajará en pliegos o tendrá que desperdiciarse papel. Aunque como base no está mal, es vital contrastarlo con nuestra imprenta y asegurarnos antes de empezar a diseñar. Existen máquinas con formatos distintos a los enumerados, y en las que unos milímetros de nada pueden suponer una gran diferencia.
Aunque la normativa ISO constituye el pilar fundamental a la hora de elegir el tamaño, no es lo único en lo que nos fijaremos.El sistema anglosajón
Aunque nos pilla algo lejos (y con el Brexit en ciernes más, oh my god!), no está de más que conozcamos que, además del sistema europeo en el que nos basamos nosotros, existen otras normativas que difieren un poco. Es el caso de Reino Unido y Estados Unidos. Esto provoca no pocos problemas de incompatibilidad, ya que muchas páginas de impresión online sí emplean medidas anglosajonas.
El sistema ANSI (American National Standards Institute) define los distintos formatos. Algunos populares que debemos conocer:
– Letter (8,5 × 11 pulgadas, que equivalen a 215,9 × 279,4 mm). Equivaldría en frecuencia de uso al A4.
– Oficio o Folio: (215,9 × 330,2 mm)
– Legal (215,9 × 355,6 mm)
– Tabloide (279,4 × 431,8 mm). Muy frecuente en prensa diaria.
Formatos usuales en la impresión comercial de libros
Y ahora que ya hemos desmontado los distintos sistemas de medida, trabajamos por vosotros y enumeramos algunos formatos clasificados por su uso que, con independencia de pertenecer o no a un sistema reglado, optimizan el papel al tiempo que ofrecen gran variedad. No obstante, ¡no olvides confirmar antes a tu imprenta el tamaño que quieres emplear!
Formatos libros de lectura
(texto corrido)
104 x 170 mm
110 x 170 mm
110 x 190 mm
120 x 200 mm
135 x 225 mm
140 x 216 mm
148 x 210 mm (A5)
152 x 228 mm
150 x 240 mm
Formatos libros superior con mayor carga gráfica
160 x 240 mm
175 x 240 mm
175 x 280 mm
180 x 270 mm
190 x 297 mm
200 x 265 mm
210 x 280 mm
200 x 300 mm
210 x 297 mm (A4)
240 x 270 mm
Formatos cuadrados o casi cuadrados
210 x 210 mm
230 x 230 mm
225 x 260 mm
Formatos horizontales
220 x 148 mm
260 x 235 mm
Algunas circunstancias excepcionales
En ocasiones, siempre que la funcionalidad de la obra no se vea afectada, el diseñador opta por irse a formatos menos usuales. El principal objetivo suele ser llamar la atención sobre la obra o hacerla muy reconocible. En este caso, el papel que se pierda o el incremento en costes de manipulado se compensa por lo que la obra gana en imagen y look and feel.
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Y hasta aquí llega este post que, como adelantábamos al principio, viene con sorpresa incorporada de postre. Si queréis una cheat sheet con las relaciones visuales entre todos los formatos, no tenéis más que suscribiros a nuestra newsletter. No sólo os ahorraréis más de un quebradero de cabeza a la hora de elegir tamaño para vuestra publicación, sino que mantendréis equilibrados los chakras tipográficos y el karma editorial con nuestros articulazos. Oooommmm…