No es Navidad hasta que lo dice el Corte Inglés, y, por supuesto, hasta que llega ¡el recopilatorio anual de las mejores revistas independientes de Rayitas azules! Tal y como hiciéramos en 2016 y 2017, os dejamos bajo el árbol, —porque en el calcetín se nos estropean mucho—, lo más granado de la independencia revistil. Como marca nuestra tradición, y tras una breve presentación, enumeramos lo más destacado de cada cabecera, y os la ilustramos visualmente con abundante artillería fotográfica.

«Cuidadín», que os traemos nada más y nada menos que 14 revistas de bandera. Pero no os asustéis, que nuestro artículo viene preparado para que los más glotones os peguéis un banquetazo digno de Nochebuena en casa de la abuela, o bien, para un «picoteo» visual. Además, hemos tenido la ocasión de hablar con muchos de los artífices, lo cual hace que el menú sea aún más suculento y nutritivo, si cabe.

Muchas de las cabeceras que aparecieron en recopilatorios anteriores, siguen petándolo mucho y haciéndolo muy bien. De hecho, casi todas merecerían figurar de nuevo entre las mejores de este año. No obstante, y por no hacernos muy «pesaos», preferimos centrarnos en novedades, para que no dejéis de conocer nuevas y apasionantes publicaciones. Así que, sin más dilación, ¡al turrón! (en estas fechas, nunca mejor dicho).

A Dance Mag

Sin duda, estamos ante la cabecera más experimental de esta recopilación. Con sede en Beirut, su responsable, Jana Al-Obeidyine, define A Dance Mag como una revista «sobre danza global, que transciende diferencias, distancias y disciplinas, para contar historias de personas de cualquier procedencia, que bailan sus vidas, y otorgan a sus cuerpos una voz». Qué maravilla, ¿verdad? No es de extrañar que no den «puntá» sin hilo, si consideramos que su director creativo es Ibrahim Nehme, el impulsor de The Outpost, una de nuestras revistas favoritas (por el momento en proceso de «repensado»).

Los círculos se convierten en un hilo conductor.

Lo que nos ha conquistado:

Enfoque. Una publicación sobre danza pero que, además, es monográfica y basada en contenido textual, lo que merece nuestro respeto por el reto que supone. Hubiera sido muy fácil caer en tópicos. Elegir, además, algo tan abstracto como «trascendencia» para su primer número, redobla la dificultad. Esta fuerte voluntad conceptual tiene su reflejo en su diseño.

En palabras de sus directores creativos, Timo Durst y Max Weinland, «el corazón de la identidad gráfica de la revista es el círculo. Todo girará siempre en torno a círculos de diversa índole. Para el primer tema, «trascendencia», dispusimos los círculos como luces brillantes alrededor de centros vacíos. En futuros números, reharemos los círculos en función de la temática principal».

Formato. Su formato, extremadamente vertical, hace de A Dance Mag un producto característico y memorable, al mismo tiempo que abre nuevas posibilidades en lo que a diseño se refiere: «Elegimos un formato vertical para que el contenido se desarrollara horizontalmente. Decidimos dividir el pliego en dos áreas, la superior para la carga textual, y la inferior para la carga gráfica. Como no queríamos mostrar fotos «editoriales» al uso, transformamos las imágenes en algo más abstracto y menos descriptivo. De esta forma, el texto se convierte en el centro de atención».

El formato, uno de los sellos de distinción de ‘A Dance Mag’.

Lejos de la literalidad, las imágenes beben de la abstracción.

La tinta especial viene determinada por un afán de alejarse de otros colores, con connotaciones en Oriente Medio.

Color. La tinta naranja flúor escogida, aporta personalidad y una nota de exclusividad al mismo tiempo. Esta elección «fue complicada, debido a la diversidad de connotaciones que el color tiene en Oriente Medio y Europa central. Queríamos un color que implicara «trascendencia», pero sin aludir directamente a tradiciones judeo-cristianas, islámicas o europeas. El color emite una luz propia, pero sin el peso y la densidad del dorado».

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Anxy

Anxy ya se ha ganado un puesto en nuestro lustroso y enriquecido Instagram (momento «promosió», si no nos seguís, os estáis perdiendo una joyita visual e informativa). No es de extrañar, teniendo en cuanta que con sólo tres números en la calle, ya cuenta en su haber con dos premios Stack (Mejor dirección de arte y Mejor uso de la Ilustración).

El planteamiento de Anxy es tan honesto como difícil, pues afronta el (siempre lleno de prejuicios) mundo de las enfermedades mentales, desde una perspectiva tan fresca como rigurosa. Cada nueva edición supone un tema monográfico (hasta ahora han visitado la ira (Anger), la adicción al trabajo (Workaholism) y las fronteras (Boundaries), que es la que hemos «retratado» para la ocasión.

Lo que nos ha conquistado:

Enfoque femenino. En el blog siempre hemos apostado por dar visibilidad especial a las voces femeninas (de hecho, recientemente estrenamos una sección dedicada a mujeres en tipografía). Es por ello por lo que nos encanta poder decir que el núcleo central de Anxy se escribe con nombre de mujer: desde su fundadora, Indhira Rojas, a sus directoras de arte, Livia Foldes y Alma Ávila, la sección de staff se compone, casi en exclusiva, de mujeres.

Gráfica. Aunque guardan similitudes, cada ejemplar monográfico cuenta con cierta personalidad propia desde el punto de vista de la gráfica empleada. Para este número, según las palabras de su artífice; «nos centramos en los conceptos de enfoque, desenfoque y bordes. Queríamos expresar que las fronteras son frágiles y difíciles de definir en cuanto a dónde empiezan o acaban. Para conseguir este efecto, nos llevamos las fotografías al borde del sangrado y empleamos degradados en distintas ubicaciones: en el texto, en los medianiles, fondos, etc. Incluso elegimos colaboradores cuyo trabajo estuviera más centrado en el collage, y en lo táctil».

El uso de los degradados en este número, representan la dificultad de definir límites.

Asimismo, Anxy sorprende por su abundante uso de tipografías: Maax, Larish Alte, Ogg y Harbour, además de la muy presente Noe Display. Universo. Anxy juega muy bien sus cartas de revista «nicho», más aún teniendo en cuenta que gran parte de su target objetivo, tenderá a cerrar filas en torno a un producto tan especializado. Lejos de quedarse en la publicación en sí, el universo Anxy crece en torno a artículos online y merchandising abundante en su tienda online. De esta manera, integra y hace partícipe a su creciente comunidad.

En breve, estará publicado su nuevo número dedicado a la «masculinidad». «Anxyosos» estamos ya por hincarle el diente.

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Archivio

Su nombre lo dice todo, Archivio («archivo», en castellano) se alza como un innovador proyecto, con sede en Torino, que gira en torno la cultura de los archivos, vamos, de lo que podemos encontrar sumergiéndonos en ellos. Cada número se centra en un tema en particular (hasta ahora Desafío y Crimen y poder), y pesca en el océano archivero para saltar grácilmente entre cultura, moda, deporte, diseño, cine, ciencia, etc. Haciendo honor a su tagline: Hidden memories (recuerdos ocultos), Archivio desempolva fotografías y documentos, y escarba en el imaginario colectivo para sorprendernos gráfica y conceptualmente. Lo que nos ha conquistado:

Fotografía. Sin duda, uno de sus fuertes, sino el más característico. Pocas publicaciones con solo dos números en la calle, pueden presumir de haber ganado los premios Stack en la categoría Mejor uso de la fotografía (y finalista al Mejor lanzamiento del año). La temática central, desde luego, se presta a ello, y cada artículo hace de gala de profusión fotográfica de primer orden. Mucha abundancia del blanco y negro, y tratamiento monocromático (tan de tendencia últimamente).

La fotografía de archivo, uno de los puntos fuertes de ‘Archivio’.

Tamaño. La publicación se apunta al gigantismo como tendencia (230 x 310 mm), algo que ya han hecho otras donde la fotografía es capital, como Cartography o 212, de las que ya os hablamos en nuestro anterior recopilatorio anual.

Toque monocromático en las fotos, muy de tendencia en los últimos años.

Maquetación. El diseño y look & feel, logrado por la maqueta, busca realzar tanto el contenido textual como el gráfico, manteniendo siempre el equilibrio. El cuerpo de la letra resulta exagerado, pero adecuado dado el tamaño de la publicación. Además, hace gala de una composición muy dramática, a base de forzar los límites de los márgenes. De esta forma, Archivio huye del formato libro, y prefiere una solución macrotipográfica más contemporánea.

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Broccoli

Su tagline no deja lugar a dudas sobre la temática: a magazine for cannabis lovers («una revista para amantes del cannabis»). Broccoli se apunta al rediseño que el mundo del cannabis en general está experimentando en los últimos años. En parte, porque cada vez son más los países (o estados) que legalizan su consumo terapeútico, o al menos manifiestan su voluntad de hacerlo, ya que se trataba de un producto tradicionalmente anclado a una imaginería pueril y propia de la psicodelia setentera.

Una revista que cambiara el enfoque gráfico sobre el cannabis, era necesaria.

Lo que nos ha conquistado:

Es necesaria. En palabras de su creadora, Anja Charbonneau, «Empezamos Broccoli porque sentíamos que la gente creativa que consume cannabis de forma más casual y meditada, no estaba representada en otras publicaciones. Nuestra publicación mira al cannabis desde el punto de vista del arte, la cultura y la moda, y, sobre todo, se interesa sobre su consumo en un contexto contemporáneo». En Rayitas azules no podemos estar más de acuerdo con Anja. ¡Bravo! Enfoque femenino. Doble aplauso. El cannabis, tradicionalmente, está muy ligado a una imagen eminentemente masculina. No obstante, que un prisma novedoso y rompedor en lo conceptual y lo formal, venga de un equipo femenino, nos hace doblemente felices. En su web, definen la revista como «creada por mujeres que adoran la yerba».

Tipografía empleada de forma inteligente.

Tipografía. Su directora creativa, Jennifer James Wright, nos contó que «en diseño de revistas existen muchas reglas en lo que a tipografía se refiere. Al principio, y ahora, nos preguntamos qué reglas merecía la pena conservar, y cuáles sería divertido romper. Desde el principio quisimos jugar y experimentar. Para ello, empleamos la tipografía Portrait de Commercial, America de Grilli y Tiempos de Klim». Vamos, a Jennifer, lo que es gusto diseñil y tipográfico, no le falta.

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Good Trouble

Good Trouble repite en esta lista este año y es de justicia, entre otras cosas, porque si bien sus bases reivindicativas siguen en plena forma (falta hacen, ahora más que nunca), la publicación perpetrada por Rod Stanley (ex-Dazed), y Richard Turley (ex-Bloomberg Businessweek), ha evolucionado y está aquí para quedarse.

De hecho, un proyecto que hace tan solo un año no parecía tener una continuidad clara, viene de ganar la última edición de los Stack Awards de este año como la mejor publicación, vamos, algo así como ganar el premio a la mejor película en los Oscar. Ahí es nada.

Bajo un formato de periódico A2, Good Trouble sigue mezclando con acierto elementos propios de fanzine clásico, arte contemporáneo, protesta, cultura de la resistencia y «antitrumpismo» exacerbado.

El formato, un A2, impresiona entre las manos.

En cada nueva entrega de ‘Good Trouble’, una tinta plana distinta acompaña al sempiterno negro.

Lo que nos sigue conquistando:

Formato. Nada menos que un A2 en territorio tabloide. Si ya constituye un tamaño que llama la atención de por sí, las fotografías que buscan el impacto acrecientan aún más la sensación. Las fotos no hacen justicia a la sensación de desplegar el periódico, pero si habéis tenido en las manos un Daily Telegraph, os lo podréis imaginar mejor. Completan los acabados el hacer coprotagonista, junto al indispensable negro, a una tinta plana distinta cada número.

2×1. Good Trouble golpea el doble con dos periódicos en uno. Mientras que por un lado seguimos teniendo el formato «convencional», incluye inserto otro, más centrado en la expresión artística, denominado Unmanifesto.

‘Unmanifesto’, el dossier creativo-artístico de ‘Good Trouble’.

Cabecera. Y no nos referimos a la cabecera en sentido estricto (es decir, al logotipo), sino al conjunto repleto de detalles y punch que conforma el área superior de la portada.

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«La elección del color fue complicada, debido a la diversidad de connotaciones que el color tiene en Oriente Medio y Europa central. Queríamos un color que implicara «trascendencia», pero sin aludir directamente a tradiciones judeo-cristianas, islámicas o europeas. El color escogido, emite una luz propia, pero sin el peso y la densidad del dorado». Timo Durst y Max Weinland, diseñadores de ‘A Dance Mag’.

Ladybeard

El proyecto bianual de Kitty Drake, Madeleine Dunnigan y Sadhbh O’Sullivan, sigue brillando con luz propia. Su planteamiento permanece intacto: sacar del ostracismo, los prejuicios y el odio, el género, la sexualidad, el feminismo y sus aspiraciones. De alguna forma, acomete la liberación femenina en un sentido amplio y, al mismo tiempo, alejado de enfoques tradicionales o radicales, pero sí removiendo conciencias.

La fotografía, uno de los pilares sobre los que se sustenta ‘Ladybeard’.

De periodicidad bianual, cada número es monográfico. De momento han tratado el sexo (Sex), la mente (Mind) y la belleza (Beauty), que hemos fotografiado para la ocasión.

Lo que nos ha conquistado: Fotografía. Si bien Ladybeard emplea ilustraciones también, son los artículos ilustrados con fotografías, donde el impacto es mayor. De hecho, su último número se distribuyó con doble portada, donde figuraban sendas fotos realizadas con macro de partes anatómicas. Para una edición, eligieron unos labios y, para la otra, una foto macro de un ano. Nos cautivó automáticamente, pero la demanda de ojete se ve que fue mayor, y ya estaba sold out. Nos pareció una genialidad para aproximarnos al concepto de belleza. ¡Grande, Ladybeard! Contenidos. La coherencia en lo que a temática y actitud se refiere, es envidiable. Este número explora qué significa la belleza y qué percibimos como tal. Para ello, no dudan en investigar el fenómeno de la industria del blanqueamiento de piel en Gran Bretaña, el movimiento P. Ink, que conecta mujeres afectadas por el cáncer de mama y tatuadores profesionales, o recoger el testimonio de varios invidentes acerca de cómo perciben lo bello.

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Man on the Moon

No nos las vamos a dar de pitonisos, pero cuando se lanzó Man on the Moon, le dedicamos un completo post donde ya vaticinábamos su éxito, así que no nos enrollaremos por aquí. Con tan solo unos cuantos números (o «misiones», como se denominan en el universo Man on the Moon), ya le llueven los premios, entre ellos, el de Mejor Revista, concedido por los prestigiosos premios ÑH en su edición de este año. Lo dicho, no dejéis de revisitar el completísimo artículo que ya publicamos.

Lo que nos ha conquistado (además de que aparezca nuestro idolatrado Chiquito en esta portada):

Personalidad. Si hay algo de lo que no puede adolecer una revista que se lance al mercado hoy en día, es precisamente contar con una personalidad marcada y a ser posible arrolladora. La certera visión de su editor y director, Andrés Rodríguez, aporta un prisma original y atrayente, que parece ser el sello de Spainmedia, la casa donde, entre otras muchas cabeceras, nació otra de nuestros musts, Tapas.

Gráfica y maquetación. La personalidad de la que hablábamos arriba, no sería posible sin una maquetación  que le siguiera el juego. Y aquí viene otro de los ingredientes del éxito de esta maravillosa cabecera. El diseño, a cargo de Fer Vallespín, sorprende en múltiples efectismos, tanto visuales como táctiles. Una marcada apuesta por el entretenimiento visual, hacen de Man on the Moon una de las publicaciones más interesantes del panorama español, bueno, e inglés, que para algo cuenta con su propia versión inglesa.

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«En Rayitas azules, siempre hemos apostado por dar visibilidad especial a las voces femeninas. Es por ello por lo que nos encanta poder decir que el núcleo central de ‘Anxy’ se escribe con nombre de mujer: desde su fundadora, Indhira Rojas, a sus directoras de arte, Livia Foldes y Alma Ávila, la sección de staff se compone, casi en exclusiva, de mujeres».

New Philosopher

Para nosotros está claro que, en los tiempos que corren, la filosofía es más necesaria que nunca (aunque nuestros responsables de educación no parezcan pensar lo mismo). Esta revista cuatrimestral australiana, viene a ubicar a la filosofía en el firmamento de las publicaciones, y lo hace, además, como nos apasiona, con un gran diseño.Lo que nos ha conquistado:

Son frecuentes las ilustraciones que toman forma infográfica.

Enfoque. En palabras de sus responsables, «New Philosopher explora las ideas filosóficas de pensadores pasados y contemporáneos, sobre cómo vivir una vida más plena. Nuestro objetivo es introducir ideas filosóficas que supongan un desafío al pensamiento contemporáneo». ¿Algo que añdir? Nada, les ha quedado bordado. Ilustración. Aunque el uso de fotografías no es escaso, prevalece la presencia de la ilustración, algo que no es de extrañar, teniendo en cuenta el carácter abstracto de muchos de los temas tratados. De hecho, una buena cantidad de ellas son de naturaleza infográfica, lo que nos ayuda a clarificar conceptos.

Aperturas y cierres. Diseminadas a lo largo de la publicación, se encuentran páginas con alguna cita destacada a cargo de filósofos eminentes. Estas sirven de cierre o transición entre artículos, aportan frescura, y contribuyen a enriquecer el contenido cuando simplemente hojeamos la revista.

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A new type of imprint

El caso de A new type of imprint es un tanto particular, puesto que nos encontramos ante un macro proyecto, que trasciende el de la mera revista impresa. Finalista a Mejor dirección de arte en los Stack Awards de este año, fue fundada originalmente por la agencia noruega Anti en 2014, con objeto de hablar de cultura creativa y diseño. En la actualidad, además de la revista impresa como tal, tienen una web mag muy potente y ofrecen servicios de «curación» de contenidos y consultoría artística y creativa.Lo que nos ha conquistado:

La cara más visual de ‘A new type of imprint’, utiliza incluso un papel distinto (estucado) a la textual (offset).

Formato. Si hay algo que cautiva desde el principio, es su original formato y lo depurado del concepto detrás del mismo. De hecho, el que podéis ver en este artículo, es el primer número que estrena este tamaño y encuadernación respecto a anteriores ediciones. A new type of imprint está dividida en dos literal y físicamente: una parte de contenido exclusivamente textual (llamada Words) y otra visual (Gallery). El papel tiene, además, cualidades distintas en cada una de las secciones: offset y estucado para Words y Gallery, respectivamente.

Podemos separar ambas partes a través de la línea perforada del lomo, y así obtener dos publicaciones por separado.

Si queremos separar ambas, nos valdremos de la línea perforada del lomo. De esta forma, la publicación satisface tanto al lector que busque ensayos con enjundia y calidad en un formato de lectura cómodo, como a aquel que simplemente quiera deleitarse con creatividad en los campos de la arquitectura, la fotografía o el diseño industrial.

La parte consagrada a la lectura tiene su propia personalidad, y juega más con la tipografía y la macrotipografía.

Tipografía y macrotipografía. Su responsable, Veronica Mike, en conjunción con su director de arte, Andris Søndrol Visdal, ha conseguido que ambas caras de la publicación compartan impronta, pero que, al mismo tiempo, tengan una personalidad separada. De hecho, la dimensión textual de la publicación es un festival de maquetación contemporánea, márgenes extremos y experimentación.

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«Empezamos ‘Broccoli’ porque sentíamos que la gente creativa que consume cannabis de forma más casual y meditada, no estaba representada en otras publicaciones. Nuestra publicación mira al cannabis desde el punto de vista del arte, la cultura y la moda, y sobre todo, se interesa sobre su consumo en un contexto contemporáneo». Anja Charbonneau. ‘Broccoli’.

Ordinary

El éxito de Ordinary debería de ser examinado con detenimiento por todo aquel que quiera aventurarse en el mundo de las revistas independientes. No hay más que pasearse por su tienda online para ver que todos sus números hasta la fecha (van 7) están sold out. Y no queda ahí la cosa, la cabecera amsterdamesa no deja de cosechar éxitos, premios y buenas críticas. La premisa es tan clara como llamativa: hacer de un producto «ordinario» algo fantástico, a través de la creatividad.

En ‘Ordinary’ no encontraréis nada de texto, sólo en la contraportada se relacionan los artistas participantes en el número.

Lo que nos ha conquistado:

Enfoque. Decir que Ordinary va sobre fotografía experimental sería quedarse muy corto. De eso hay, y mucho, claro, pero es el planteamiento el que aporta su carácter especial. Cada número está consagrado a un objeto cotidiano (desde un calcetín, a pajitas para beber, pasando por bastoncillos para los oídos). Los responsables de la publicación hacen llegar a los distintos fotógrafos elegidos, el objeto en cuestión. Su interpretación, personal y libre, conformará el total de la revista. Sí, sí, el total. No busquéis editoriales, noticias breves, ni similares. Ordinary es fotografía creativa de primer orden, desde el principio hasta el final de sus tripas. Portada. Nunca una cubierta tan sencilla había sido tan memorable, lo cual nos hace comprobar, una vez más, que la creatividad vence a la logística por goleada. Sin duda, uno de los grandes aciertos de Ordinary ha sido incluir el elemento protagonista, físicamente en cada número, algo que, además de aportar personalidad y punch al proyecto, no deja de ser una invitación a realizar tu propia obra. 

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«Como diseñador estoy muy contento de poder trabajar en este proyecto y con este equipo. Desde la dirección de ‘Volata’ siempre nos han dado tanto a mi como a Jordi mucha libertad creativa y confianza en nuestro criterio. Somos un equipo pequeño y bien avenido, y gracias a eso le podemos echar mucho cariño a cada número, y creo que eso los lectores lo notan». Enric Adell, director de arte de ‘Volata’.

Shelf heroes

Catalogada por sus creadores como un Filmzine, Shelf heroes es un fanzine dedicado al mundo del cine, pero con un original punto de partida que encaja perfectamente con la dimensión colaborativa, tan característica del fanzine tradicional. De hecho, cada número se vertebra en torno a una letra. En este número que os presentamos, la «H». Ben Smith, su artífice principal, envía un briefing corto y conciso (que aparece fotografiado al comienzo del fanzine)a sus eventuales colaboradores: Watch a film that begins with ‘H’, go create something («Ve una peli que empiece por «H», y crea algo»). Como podéis ver en las fotos, el contenido es muy variado: desde el puro fan art, a pequeños comics, pasando por propuestas más arriesgadas, como una tarta basada en la película Hook. El tratamiento tipográfico muta para ilustrar los distintos proyectos en los que hay presencia textual de algún tipo. La contraportada de Shelf Heroes, la conforma la lista de pelis sobre las que los colaboradores han realizado sus creaciones.

El briefing que Ben manda a sus colaboradores, representado al inicio de la publicación.

La creatividad a la hora de afrontar la película en cuestión no tiene límites. Para muestra una tarta basada en ‘Hook’.

Recomendamos jugar a adivinar qué peli se esconde tras cada proyecto (en la mayoría viene oculto en los márgenes interiores de la publicación, con lo que no se aprecian a primera vista). ¡Ojo! Esto puede derivar en «chupito el que falle». Además, como valor añadido, viene con póster incluido. Así que, no tenéis excusa para haceros con un ejemplar. Como diría nuestro requeteamadísimo y venerado Chiquito de la Calzada, «¡al ataquerrrr!»

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Slanted

Slanted, además de una revista bianual, es un proyecto editorial con sede en Alemania, y activo desde que sus responsables, Lars Harmsen y Julia Kahl, lo fundaran en 2014. Dicho proyecto, incluye un activo blog de noticias y eventos relacionados con el diseño y la creatividad, así como un canal con más de 150 vídeo-entrevistas a diseñadores y emprendedores, realizadas desde sus comienzos.

Número anterior, dedicado a Tokyo.

Al mismo tiempo, desde su editorial, sacan a la luz proyectos ajenos y propios, como el Yearbook of type o el Typodarium, un calendario de 365 páginas que se pueden desprender, y que ofrecen una tipo para cada día. Muy regalable para las fechas en las que estamos, ¿no?

Lo que nos ha conquistado:

Acabados. Slanted es una delicia táctil, además de visual. Cada número nos sorprende con cuadernillos de distintos soportes de papel, estampings de distintos colores, etc. No es de extrañar, teniendo en cuenta que se trata de una revista sobre diseño, realizada por diseñadores. Nos enamoran los proyectos que quieren llevar la publicación-objeto un paso más allá. Espécimen tipográfico. La pasión y buen gusto por la tipografía se ven reflejados en la inclusión de un espécimen tipográfico a partir de la ciudad a la que está dedicada cada nuevo número monográfico. En la elaboración de la publicación emplean 29LT Zarid Serif y Sans, especializados en tipografías con alfabeto árabe y occidental, y la Suisse Int’l (Mono y Neue), de Swiss Typefaces.

Cada número incluye encartado un espécimen tipográfico.

Punto de partida. Según nos cuenta Clara Weinreich, editora y diseñadora: «Nuestro jefe de edición, Lars Harmsen, pasó 6 meses en Dubai como profesor asociado en la universidad americana de Sharjah. Durante su estancia llevó a cabo toda la investigación y entrevistas para el número dedicado a Dubai (su último lanzamiento, que podéis ver en las fotografías), y se inspiró en los cambios culturales experimentados durante los últimos años. De vuelta en nuestra sede en Alemania, le dimos forma a todo, con más de 50 colaboraciones. Gestionar tantas diferencias culturales constituyó un desafío apasionante. La maqueta bebe de las fotografías tomadas por Lars e incluso la propia tipografía que hemos empleado, se basa en la arquitectura dubaití, una especie de brutalismo, que busca alcanzar el cielo».

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Suspira

Al igual que su «prima» Sabat, de la que ya os hemos hablado en diversas ocasiones, Suspira toca el difícil nicho del horror, pero desde un prisma absolutamente feminista. Como ya le dedicamos hace poco un post enterito, y hablamos con su creadora Valentina Egoavil Medina para la ocasión, no nos vamos a extender mucho por aquí, pero, cómo no, os recomendamos su lectura «¡a la de ya!».

Suspiria mezcla terror y feminismo, un nicho impensable una década atrás.

Lo que nos ha conquistado:

Temática. Definir la temática de Suspira puede resultar un tanto complicado, pero podría resumirse en miedos de toda índole, pero desde una perspectiva absolutamente femenina (y feminista). No en vano, su consejera editorial es Elisabeth Krohn (editora de Sabat), con la que tuvimos el placer de conversar también hace un tiempo.

Diseño y acabados. Suspira está envuelta en un halo de misterio, e invita al descubrimiento. El diseño, a cargo de Studio Fax, potencia esta sensación gracias a un interesantísimo uso de la omisión en composición, mostrándonos fotografías e ilustraciones desde una perspectiva «juguetona» y dinámica.

Tipografía «letteringizada»

Tipografía. El tratamiento tipográfico es exquisito, y nos ha encantado el detalle de nombrar las tipografías empleadas en los créditos de la publicación. Stanley (de Optimo) y F Grotesk (de Radim Pesko), han sido las elegidas para plasmar titulares y textos generales, respectivamente.

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Volata

Si hay un nicho donde las publicaciones independientes han destacado, por encima de otros, es el de las revistas deportivas. Aquellos deportes que se ven eclipsados mediáticamente por el fútbol, o bien, son muy mayoritarios, pero tienen un enfoque excesivamente mainstream, han encontrado un fantástico altavoz en el papel. Y nosotros tan felices. En este sentido, Volata estaría muy en la línea de otras cabeceras como Líbero o Panenka, pero dedicada al mundo del ciclismo. «Ciclismo, cultura, periodismo» es su tagline, y esto, en abundancia, encontramos en las páginas de Volata.

Lo que nos ha conquistado:

Portadas. Las cubiertas de Volata son tremendamente memorables. La pasión de Jordi Rins (director de arte hasta el número 14) por el cartelismo, le llevó a usar mayoritariamente ilustraciones que luego pudieran adaptarse a formato póster. De hecho, muchas de ellas están disponibles, en este formato, en su tienda online. Maquetación. Nos fascina el instinto editorial en el uso de la retícula del que hace gala la publicación. En palabras de su actual director de arte, Enric Adell, «nos nos fijamos en referentes como Panenka, Líbero, Believer, Little White Lies, Elephant o Four & Sons. El objetivo era crear un producto editorial que invitase a una lectura pausada y reflexiva, que el lector pudiera disfrutar de artículos de gran calidad periodística, acompañados de buenas fotografías e ilustraciones. Así pues, apostamos por un diseño más bien sereno y ordenado, pero salpicado de elementos más dinámicos y expresivos en secciones fijas y aperturas».

Tipografía. Nadie mejor que el director de arte, Enric Adell, para contarnos detalles sobre el uso de la tipografía en Volata: «Las tipografías que usamos son la Giorgio Sans (Commercial Type) para titulares, destacados, y textos secundarios, y la Times Ten (Linotype) para el cuerpo de texto. Con los diversos pesos de Giorgio suelo resolver las aperturas a los reportajes más importantes. Me encanta la versión black para crear titulares contundentes. Es una tipo condensada, pero incluye unas variantes OpenType para «O»,«G»,«D»,«C», «Q» que resultan muy útiles para darle un sabor más retro a algún reportaje. En alguna ocasión, hemos usado tipografías distintas en aperturas, que necesitaban tener una personalidad muy concreta».

Muchas gracias a Enric, por cierto, por habernos respondido con tanta dedicación. Descripciones tipográficas con este criterio, no suelen ser habituales.

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Hasta aquí este recorrido por las mejores revistas independientes de 2018, que esperemos hayáis disfrutado tanto leyéndolo, como nosotros elaborándolo. Cada año sorprende la cantidad y, sobre todo, calidad de las nuevas cabeceras que pueblan el microcosmos revistil. Igualmente nos alegra, más si cabe, comprobar que lanzamientos de antaño siguen en plena forma y dando guerra, eso sí, editorial, que de las otras, ya tenemos demasiadas.

Fotografías: Rayitas azules (Salva Cerdá)