Peter Verheul compartiendo el trabajo de Oldrich Menhart con Elena Peralta como recurso para su proyecto final durante una consulta online en el segundo semestre.

¿Es posible tratar cualquier tema de más o menos actualidad e interés y que no se haga mención alguna a la covid-19? Parece poco menos que imposible. No es extraño, pues, que se repita hasta la extenuación la cantinela de que la pandemia nos ha cambiado la vida y que tras ella ya nada será igual que antes. Probablemente sea cierto. En cualquier caso, si algo caracteriza al ser humano desde los tiempos del sapiens es nuestra capacidad de adaptación. Si no fuese así, no habríamos llegado hasta aquí. Mejor o peor, la especie humana sabe arreglárselas.

Con el inevitable telón de fondo pandémico, nos hemos puesto en contacto con tres mujeres que han cursado estudios de Tipografía en tres de los centros más prestigiosos: Elena Peralta, el Master Type & Media de la Real Academia de Artes Visuales de la Haya (KABK); Adriana Pérez Conesa, el MA Typeface Design, en la Universidad de Reading, y Cecilia del Castillo, el Curso de Diseño de Tipografía de la Escuela de Tipografía de Barcelona (Tipo-g).

Emociones a flor de piel

Después de tantos meses de pandemia, las emociones están a flor de piel. Si a ello unimos un máster de alta exigencia alrededor de una disciplina compleja como la tipografía, el cocktail emocional puede ser difícil de gestionar. Por ello, he creído muy necesario escuchar detenidamente lo que tienen que decir estas tres mujeres; ellas son la demostración palpable de que para salvar infortunios, obstáculos e inconvenientes no hay armas como la vocación, el afán de superación y unas invencibles ganas de aprender. «Mi perspectiva es esa, un respeto muy grande por el diseño tipográfico y por la historia de la tipografía, la sensación de que en esta disciplina hay que disfrutar el camino y el proceso porque el aprendizaje se construye igual que construyes la misma tipografía, con mucha paciencia, esfuerzo, sacrificio y resistencia», nos cuenta Cecilia desde Barcelona.

Proceso de desarrollo de Valedora, proyecto tipográfico de Cecilia del Castillo

Capacidad de adaptación, flexibilidad, autoconocimiento, lo profesional y lo personal se entremezclan de manera tan intrincada que ya resulta imposible identificar con nitidez dónde empiezan uno u otro. «Mi paso por Reading marca un antes y un después en mi vida (no sólo profesional, sino en general) por la situación tan excepcional que hemos vivido. Estudiar un máster tan exigente como el de Reading durante una pandemia mundial, aislada en casa, te marca mucho. A mí me hizo cuestionarme todo sobre el proyecto, mi futuro profesional y mis capacidades», reconoce Adriana, que hace hincapié en que «esta experiencia me ha hecho un poco más independiente, segura de mí misma, con recursos propios y, sobre todo, más adaptable al cambio. También me ha hecho darme cuenta de cómo, a partir de ahora, todos vamos a tener que repensar nuestra forma de trabajar, y ser más flexibles e innovadores con estos nuevos cambios».

Escritorio de Adriana en Reading

En esta misma línea, Elena, desde La Haya, subraya que haber cursado un máster tan exigente ha supuesto «un cambio enorme. Tanto a nivel técnico como conceptual. Ha cambiado mi forma de concebir una tipografía, he entendido cómo pensar con todos los parámetros que pueden generar el designspace de un diseño. También he aprendido cómo funcionan otros sistemas de escritura y lenguajes de programación. Te hace darte cuenta de todo lo que te queda por aprender. Pero creo que lo más importante ha sido aprender a ser crítica con mi propio trabajo. Realmente no te das cuenta de todo lo que cambia tu perspectiva, lo mucho que se abre ni de todo lo que produces mientras lo estás viviendo, lo consigues ver una vez terminas y lo ves todo con perspectiva».

Escritorio de Elena Peralta en el estudio de Type and Media en Noviembre, después de dos
meses de clase.

Pero llega la covid-19 y todo salta por los aires. La tecnología digital, en cierto modo, amortigua el golpe, pero es imposible que olvidemos el contacto humano, el encuentro casual por los pasillos con un profesor al que asaltamos con nuestras dudas y que amablemente nos atiende, las cervezas con los compañeros tras las clases, las charlas informales que tanto ayudan a generar ideas y poner todo el trabajo en perspectiva. La vida cambia, pero el trabajo, el aprendizaje, la ganas de saber deben abrirse paso contra las adversidades que la pandemia ha desatado, también internas, personales, íntimas, como la frustración o la sensación de aislamiento, no solo físico. La vida cambia y hay que adaptarse.

Barcelona

En Barcelona, «muchos cambios», rememora Cecilia. «La covid-19 vino a cambiar absolutamente la dinámica que teníamos. De un día para otro las clases presenciales se volvieron online sin ninguna preparación y sin saber lo que venía, pensamos que sería cuestión de una semana y no volvimos a vernos en tres meses». El desconcierto al principio, cuando nadie parecía tener claro qué diablos estaba pasando, dejó paso a la certeza de que era necesario asumir la realidad y adaptarse «y de encontrar la mejor manera y dinámica para hacer las clases y las revisiones. Quizás esa fue la parte más compleja, tanto para los alumnos como para los profesores, el momento del feedback y revisiones. Una corrección que puede entenderse de manera sencilla agarrando un lápiz y haciendo una línea en un papel o apuntando a un detalle de una letra, de repente parecía muy compleja de hacer de manera digital y encontrar las palabras correctas para hacerse entender».

Type is a graphic designer’s best weapon

«El día de la presentación final de nuestro proyecto, Ilya Ruderman nos dijo esta frase que se me quedó grabada: “después de esta experiencia de aprendizaje, para algunos ésta será la primera de muchas tipografías, para otros será la primera y la última, y en cualquiera de los casos está bien. El resultado sólo es ganancia porque los conocimientos adquiridos aquí a nivel tipográfico te acompañarán a cualquier área del diseño donde termines desarrollándote”. En ese momento resonó en mi cabeza la frase de Neville Brody: “Type is a graphic designer’s best weapon”. Qué importante es que un profesor diga algo así a un alumno; qué importante es que esa persona se sienta segura de que después de tanto tiempo y esfuerzo, aunque el resultado no sea perfecto, ¡no hay pérdidas, solo pudo haber ganado! A mí me hubiera encantado escucharlo antes, la primera vez que toqué una pluma o dibujé una letra, saber que todos esos pequeños avances y tropiezos son parte del camino.»

Valedora, proyecto tipográfico de Cecilia en Tipo-g

Variables de Valedora, proyecto tipográfico de Cecilia en Tipo-g

Valedora, proyecto tipográfico de Cecilia en Tipo-g

Valedora, proyecto tipográfico de Cecilia en Tipo-g

Entrenar el ojo

«Una parte fundamental de aprender tipografía implica aquella dichosa frase que sólo se comprende con el tiempo y la práctica: “hay que entrenar el ojo”. Este es un entrenamiento que no se acaba, es como un músculo, pero lo que sí sucede es que un buen día te das cuenta de que ya empiezas a ver cosas que antes no veías. Considerando que al principio es complejo verlo en papel, aun teniendo a la persona al lado que te lo está señalando, pues lo es aun más a distancia y de manera digital. Este proceso de corrección puede ser frustrante porque, si no comprendes el error, no sabrás corregirlo y lo arrastrarás en el proceso de diseño.»

Correcciones y ajustes de Valedora, proyecto tipográfico de Cecilia en Tipo-g

Confinamiento entre letras

«A un mes del comienzo de la pandemia me quedé sin trabajo, lo cual evidentemente me estresó muchísimo y me hizo muy complicado el poder concentrarme en el proyecto. Sin embargo, conseguí sacar fuerzas e intenté abordar la situación de manera positiva y poner todas mis energías y tiempo en el proyecto tipográfico. Sin darme cuenta, diseñar esta tipografía se convirtió en mi única motivación, porque me dio una razón y una rutina de trabajo día con día. Es un sentimiento muy extraño, pero cuando pienso en ello tengo hasta una ligera sensación de nostalgia de esos meses, de la rutina tan clara de vida y de trabajo, de cada momento del día, el lugar de la mesa en el que me sentaba, los horarios para todo, el momento de escuchar los aplausos en la ventana mientras estaba en clase que me indicaban que habíamos completado un día más. A pesar del estrés e incertidumbre de lo que estaba pasando en el mundo, tener esas pequeñas certezas dentro de cuatro paredes creo que es lo que me daba un poco de paz. Aunque en algún momento llegué a sentir enojo y frustración porque me había tocado la pandemia el año que decidí invertir tiempo y dinero para estudiar este curso, pero ahora pienso que todo fue parte del proceso. Definitivamente, estos meses y esta experiencia fue muchísimo más que aprender de letras y estoy agradecida por ello

Espécimen tipográfico de Valedora

Espécimen tipográfico de Valedora

La Haya

Elena Peralta

No hay pantalla que pueda sustituir el contacto humano. Parece una perogrullada, una obviedad absurda, pero desde marzo hemos aprendido a la fuerza a echarnos de menos. «Sin duda, lo que más echamos de menos fue la convivencia en el estudio, la interacción con los compañeros, estar todos juntos aprendiendo unos de otros, haciendo descansos, jugando al futbolín o comentando ideas y  proyectos. Hablábamos por videollamada, pero habíamos compartido tanto tiempo en el estudio los meses anteriores que notamos mucho la diferencia: de pasar todo el día con once personas a verles a través de la cámara», recuerda Elena.

Aprender de los compañeros

«Lo que más me ha sorprendido ha sido la interacción con el grupo, lo mucho que te aporta pasar todos los días en el estudio con tus compañeros y lo mucho que puedes aprender de ellos, de comentar un proyecto con alguien que justo pasa por detrás de tu mesa o de las conversaciones que surgen de manera espontánea entre todos en clase, trabajando en el estudio o tomando una cerveza. En este máster no sólo aprendes de tus profesores, también aprendes de tus compañeros

Alumnxs de Type and Media de camino a la visita a la colección Joh. Enschedé en el archivo Noord-Hollands en Haarlem, Países Bajos, donde Ramiro Espinoza les enseñó la colección en el primer semestre.

Veredicto de la presentación de los proyectos finales donde los doce estudiantes se graduaron.

Abrir la mente

«Lo más importante que me ha aportado este máster es que me ha abierto la mente a otras áreas de la tipografía. He descubierto que no sólo quiero dibujar letras, hay muchos otros campos que me interesa trabajar en el futuro. La programación de scripts o variable fonts o las bases para realizar tipografías multiescritura entendiendo el sistema son algo nuevo que he descubierto y que me ha gustado aprender. También he aprendido a tener una opinión crítica de mi trabajo y reconocer mis errores para ser capaz de corregirlos y plantear diferentes soluciones. Por otro lado, también me ha sorprendido la parte de programación. Yo no tenía ningún conocimiento previo, así que ha sido todo un reto aprender el lenguaje python y diferentes formas de aplicarlo para generar herramientas. También las diferentes formas de dibujar, muchas de ellas más intuitivas.»

Animación realizada con Python en Drawbot por Elena Peralta como herramienta y proyecto final de la asignatura de programación con Just van Rossum durante el primer semestre.

Confinamiento entre letras

«Durante el segundo semestre, a mediados de marzo, cerraron la Universidad debido a la crisis del coronavirus y se suspendieron las clases presenciales. Algunos de mis compañeros volvieron a sus países; yo decidí quedarme en La Haya con mis compañeros de clase con los que también compartía piso. Países Bajos no decretó un confinamiento estricto como en España, pero todos pasamos los días en casa aislados trabajando en el proyecto final. La escuela y el máster nos proporcionó hardware (pantallas para cada uno y una impresora para compartir, cómo disponíamos en el estudio) a los que nos quedamos allí para poder seguir con las clases de forma online y llevar el estudio a casa.

Edonia, proyecto tipográfico de Elena Peralta en Type & Media

Espécimen tipográfico de Edonia, proyecto tipográfico de Elena Peralta en Type & Media

Espécimen tipográfico de Edonia, proyecto tipográfico de Elena Peralta en Type & Media

Espécimen tipográfico de Edonia, proyecto tipográfico de Elena Peralta en Type & Media

Al principio, a todos nos costó adaptarnos al entorno virtual, sobre todo viniendo de una interacción tan constante y tangible los meses anteriores. Pasar de la convivencia en el estudio y del feedback diario entre profesores y compañeros a las videollamadas no fue fácil, pero tanto profesores como alumnos pusimos mucho de nuestra parte para hacer que funcionase. Empezamos a tener clases, talleres y consultas a través de Teams. También teníamos correcciones con invitados externos y charlas de fundidoras. La mejor herramienta para las correcciones fue la incorporación del Ipad por parte de varios profesores a las videollamadas. Cuando tenías la corrección por videollamada, comentabas tus dudas y tu progreso en el proyecto mientras los profesores iban escribiendo correcciones en nuestros diseños y dibujando en nuestras páginas de prueba. Al terminar te enviaban los pdf con los comentarios. En mi opinión, esto fue lo más similar a las correcciones personales que hacíamos en clase y lo que más me ayudó en mi proyecto.»

Reading

Adriana Pérez

Resulta muy difícil no sentir algo más que cierto sabor agridulce, una decepción abstracta cuyo único culpable es microscópico y nos esta haciendo la vida imposible. Han pasado solo unos meses, pero ya empieza a parecer que llevamos toda la vida así. Resulta perfectamente comprensible que las expectativas desde marzo con respecto al máster no se hayan podido cumplir para Adriana, sin embargo «todo el estrés y la tensión que ha habido a lo largo de toda la segunda mitad del máster ha estado impidiendo apreciar todo lo que realmente he cambiado, crecido y mejorado desde que empecé mis estudios en Reading. Sin embargo, por ahora, este máster, el proceso de diseño de mi tipografía Subs n’ Stuff y el proceso de investigación posterior (en el que he investigado la inteligencia artificial, el machine learning y su posible introducción en la industria tipográfica), me han ayudado a ver las cosas de manera más crítica y a comprender mejor los aspectos culturales, históricos y contemporáneos del diseño tipográfico, y a entender mejor la industria, cómo evoluciona, lo conectada que está con otras áreas, cómo es y cómo funciona la comunidad tipográfica, etc. Además, el máster también me ha ayudado más allá del campo de la tipografía, ya que siento que me he vuelto más independiente y capaz de encontrar recursos de manera más autónoma. Aunque el futuro parece incierto, definitivamente me siento mucho más preparada ahora que hace un año».

Proyecto Isotype

«Hay muchas cosas que destacaría de este año, pero con una de las cosas que me quedo es con el Proyecto Isotype que nació durante el confinamiento a manos de casi todos los compañeros de clase. Cada día, uno de nosotros proponía una “plantilla” en un archivo de Glyphs con una estructura básica de una letra, con un número predefinido de nodos y componentes, para mantener la compatibilidad de los distintos másters. Al final del día, los archivos individuales de la letra elegida se combinaban, para crear una fuente variable. Los resultados me parecieron espectaculares. Todos los días, veíamos resultados muy diferentes, que no tenían absolutamente nada que ver con el del resto ni con el del día anterior. Fue un proyecto muy gratificante, pues era una manera de “escapar” de nuestro proyecto final (en el que estábamos sumidos prácticamente todas las horas del día), de refrescar nuestra mente y, sobre todo, de divertirnos. Me sorprendió mucho lo que disfruté experimentando con las letras, haciendo formas muy dispares entre sí, exprimiendo al máximo los nodos disponibles.»

Tipografía sin fin

«Antes de Reading entendía el diseño de tipografías como una disciplina mucho más práctica, que se ceñía en gran medida a la creación de archivos vectoriales. Ahora tengo una visión mucho más global y amplia sobre la tipografía, en el que están involucrados muchos más aspectos más allá del dibujo vectorial, pues es un área de conocimiento muy conectada con la sociedad y su evolución, con el cambio de los tiempos y el desarrollo de las tecnologías. Ahora soy mucho más consciente de todo el proceso de reflexión, observación, investigación y evaluación que hay detrás de la tipografía. También soy mucho más consciente de lo exigente que es esta disciplina, en la que parece que nunca llegas a saber suficiente

Feedback Naïma Ben Ayed Bureau de Alphacrit

Feedback Frank Griesshammer

Confinamiento entre letras

«El confinamiento redujo la comunicación entre compañeros y entre los profesores, pues nuestra área de trabajo, el estudio en el departamento, estaba cerrado. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Aprendí, por la fuerza, a tomar mis propias decisiones sin tener a nadie a quien pedir opinión y respaldar mis decisiones. (Esto no es del todo cierto pues me apunté al programa de mentoría de Alphabettes, y Fernando Díaz, diseñador de tipografías de Uruguay, me ayudó mucho a la hora de encaminar mi proyecto.) Durante la cuarentena, tenía que resolver casi todo por mí misma. Sí, podíamos preguntarle a los compañeros a través de mensajes de Slack, y sí, tuvimos sesiones de feedback en línea con miembros de la facultad, pero es irrefutable que no era lo mismo. No podían esbozar fácilmente sus pensamientos, la conexión a veces fallaba, el tiempo era muy limitado.

Subs n’ Stuff, proyecto tipográfico de Adriana Pérez en MA Typeface Design

También tuve que aprender a lidiar con la frustración, pues tomar decisiones por mi cuenta también significaba cometer más errores y hacer suposiciones erróneas. Perdí la cuenta de cuántas veces repensé y rehice la estructura de mi familia tipográfica y el estilo display de mi tipo. Era muy desalentador tener que trabajar en lo mismo una y otra vez. El proceso de espaciado, por ejemplo, también fue muy frustrante, pues trabajaba en él durante días y terminaba con algo que estaba, para mí, más o menos bien. Luego se lo mostraba a Fred o Gerry, y ellos señalaban algunos errores obvios que no había visto. Sin embargo, en retrospectiva, se puede decir que fue una experiencia positiva porque los errores tienen el poder de convertir algo en algo mejor y son la prueba del progreso y desarrollo. También fue una buena práctica para el futuro cuando trabajar en la industria se vuelva abrumador y muy exigente. Definitivamente, afrontar y superar esta frustración me hizo más fuerte y resistente.»

Diagrama de la familia tipográfica Subs n’ Stuff

Variables de Subs n’ Stuff, proyecto tipográfico de Adriana Pérez en MA Typeface Design

 

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