Hace unos años entrevistamos a Iván Caíña y lo presentábamos como «un diseñador gráfico que va camino de convertirse en un gran maestro a base de no dejar de considerarse aprendiz». Tiempo después volvemos a hablar de él y esta vez con motivo del libro que acaba de publicar. No nos equivocamos cuando vislumbramos que ante él se abría un prometedor futuro. Iván es un tipo honesto con su trabajo que siente un profundo y apasionado respeto por la caligrafía. Y esta honestidad, esta pasión y respeto se ven reflejadas en cada una de las páginas que conforman el libro El arte de la caligrafía, su primera obra, editada por Planeta. Una pieza editorial de una manufactura exquisita y, por supuesto, repleta de contenidos enjundiosos y de gran valor para todos los aficionados y profesionales del noble arte de las formas de las letras.

«Quien me iba a decir a mí, cuando empecé en esto, que a los pocos años me iba a llamar Planeta para escribir mi propio libro. Me dicen mis amigos escritores o ilustradores que hay que tener suerte para que una editorial te publique un libro. Pues bien, llegan estos locos de Zenith y ¡me lo piden ellos a mí! Así que sin pensarlo dije que sí, cualquier loco dice que no ¿verdad? »

Ya desde las primeras páginas del libro, el autor entre en materia sin rodeos y nos introduce en el mundo de las herramientas caligráficas con el riguroso respeto hacia estos nobles materiales. Pinceles, tintas y papeles que nos sugiere el autor, asunto este de vital importancia, ya que las primeras dudas cuando se produce el acercamiento a esta disciplina es saber si uno ha elegido los materiales/herramientas adecuados. Una muestra de lo minucioso y útil de este trabajo de Caíña es que no descuida un aspecto sobre el que tal vez no se ponga demasiada atención, la postura corporal correcta para practicar caligrafía, subrayando de este modo que éste puede ser también un arte muy físico.

 

Una vez puestas las bases comenzamos a realizar los primeros trazos, las itálicas con pincel, y tras un poco de historia para ponerse en contexto, empieza el baile. Las primeras en entrar en escena son las minúsculas. Iván desgaja, letra por letra, los pasos para construir letras. En cada página vamos a encontrarnos con trucos que nos van a facilitar el trabajo, trucos que, gracias a un fino trabajo de maquetación, resultan muy claros de seguir.

De las itálicas con pincel a las script monolíneas, pasando por el brushpen expresivo, Iván nos va desgranando los entresijos de este arte con un lenguaje cercano y una manera de explicar clara y concisa. Gracias a haber sido alumna suya de caligrafía puedo corroborar que leer cada frase de este libro es como estar en uno de sus talleres, pues Caíña ha sido capaz de trasladar al papel impreso la cercanía de un taller en persona. Finalmente, y tras conocer tres alfabetos completos, se da paso a una sección de composición y expresividad que continúa en la práctica de cinco proyectos creados para la diversión y puesta en práctica de las habilidades adquiridas. Ejercicios prácticos que demuestran las posibilidades creativas infinitas de la caligrafía. Sin duda, una de nuestras partes favoritas del libro.

Hemos hablado con el autor para que nos cuente en primera persona cómo ha sido la experiencia y nos aporte detalles del proceso creativo.

Proceso creativo

—Iván, ¿cómo has vivido el proceso de creación de esta obra? Entiendo que ha debido de ser todo un reto. 

Lo he afrontado con mucha responsabilidad y cierto nerviosismo al principio. El de ser novato en esto y no saber que iba a salir de ahí, pero a medida que fui avanzando iba ganando en confianza, llenar 208 páginas con un contenido interesante, pero sobre todo honesto, no fue fácil.

Lo más difícil para mí ha sido tener la capacidad de enseñar sin tener delante a mis alumnos. Es mucho más fácil explicar ciertas cosas en un workshop, algunas que requieren de más nivel técnico, cuando ves la progresión individual de cada uno de ellos, ya que no a todos se nos da bien lo mismo. Todo esto en un libro es más difícil ya que solo tienes una oportunidad de explicar algo y debe ser útil para todo el mundo. Este era el principal reto de este proyecto y en lo que más atención he puesto, ya que al tratarse al 80% de un manual práctico de caligrafía, había que enseñar algo interesante y bien, y que creo que esto está muy conseguido.

Retrato robot de alumno/lector 

Llevas muchos años impartiendo talleres de caligrafía, ¿son los alumnos de estos talleres el público al que se dirige tu libro? ¿Podrías hacer retrato robot de este alumno/lector o es tan variopinto y diverso que resultaría imposible enmarcarlo en una definición sencilla? 

Definitivamente sí, ese es el perfil y la respuesta es tan rotunda sencillamente porque el perfil de mis alumnos es tan variopinto que tiene cabida cualquiera, desde diseñadores gráficos que lo quieren incorporar a su trabajo, como alguien extremadamente inquieto que es asiduo a talleres de todo tipo, así como una persona que decide evadirse de esta locura de vida que llevamos practicando caligrafía en su casa cada vez que dispone de un rato libre. La caligrafía es una disciplina artística perfecta para cualquiera, ya que a todos nos gustaría tener mejor letra, ¿verdad?

¿Qué le dirías a quien se esté planteando adquirir tu libro? ¿Qué puede encontrar en él? 

A quien ya conoce lo que hago y le gusta encontrará un poquito de mí en cada una de las páginas que componen este libro. He cuidado con mucho mimo cada detalle, ilustraciones, textos, fotografía y diseño, para que quien lo abra, sepa que es un trabajo mío. Pero para quien aún no ha visto nada de mi trabajo trataré de convencerlo: se trata un libro de autor, un manual práctico en el que aprenderás caligrafía con pincel y brushpen desde cero, a tu ritmo. Te contagiaré de mi pasión por las letras aprendiendo paso a paso tres alfabetos, para acabar escribiendo con cierta fluidez, además de afrontar cinco proyectos prácticos donde podrás aplicar todo lo aprendido. Este es un libro para que pares el tiempo y te adentres en el arte de la caligrafía. Estoy seguro que todos descubriréis una nueva pasión, las letras.

«Toda mi pasión por las letras está recogida en este trabajo que quería por fin compartir con todos vosotros, espero que os provoque la misma emoción que a mí al haberlo hecho.»

Edición cuidada

La maquetación del libro es excelente, un estupendo trabajo editorial que ha dado lugar a un objeto precioso. ¿Cómo ha sido la colaboración con Gema Navarro, diseñadora editorial de Rifle

Esto es como cuando haces un buen vino, le has dedicado tantos años de tu vida a aprender, experimentar y perfeccionarlo para llegar al resultado que tú quieres, que una botella fea echaría al traste ese gran trabajo. Pues esto ha sido igual, años de formación y constancia, además de unos nueve meses de trabajo en este proyecto como para terminarlo mal ¿verdad? Creo que Gema reunía lo que yo necesitaba para este libro, experiencia en trabajos así con un estilo sobrio y elegante, pero también quiero destacar el gran trabajo de fotografía de Aitana Pérez, que le ha aportado la homogeneidad gráfica que requería un libro de autor como este, así que definitivamente sí, entre las dos han hecho que mi trabajo luzca mucho más elegante.

Auge de la caligrafía

Nos alegra enormemente que las editoriales apuesten por publicar libros de autor relacionados con las letras en cualquiera de sus facetas. Y es que la caligrafía está viviendo un momento dulce.

Iván, ¿a qué crees que responde la actual expansión de la caligrafía? ¿Podría ser una respuesta a la invasión digital?, ¿algo así como buscar un «yo» más creativo? ¿Qué opinas al respecto?

Es curioso ver cómo la mayoría de pinceles de un software para iPad como Procreate, por ejemplo, simulan los trazos hechos a mano con lápiz, pincel, acuarela, etc… Estamos simulando un trabajo hecho a mano con una herramienta digital. ¡Vaya locura! ¿Hay algo más vida moderna que eso?

«Creo que el ser humano tiene la imperiosa necesidad de construir algo con sus propias manos, ya sean letras manuscritas, un cuadro al óleo, una bufanda de ganchillo o un plato de cerámica. No hay nada más gratificante que un trabajo creativo en el que hemos puesto todo nuestro amor.»

La sobredosis digital que vivimos desde hace bastante tiempo va directamente relacionada con las ganas de ver algo hecho a mano, hemos estado muchos años tan pendientes de ver trabajos hechos por máquinas cada vez más perfectos, trabajos que carecen de alma y son casi todos iguales, que hemos perdido la apreciación de un buen trabajo artesanal, que siempre ha estado ahí, pero que hemos dejado de valorar. Creo que con esa saturación nos hemos dado cuenta de lo necesarios que son los artesanos en nuestras vidas, para que todo vuelva a ser más cálido.

«Han sido unos nueve meses de idas y venidas, de nervios y mucho trabajo, pero con un precioso resultado. He de agradecer a Eugenia, mi editora, que ha confiado en mí y me ha dejado hacer todo lo que he querido sin ninguna limitación. Así que he de decir, definitivamente, que esto ha merecido la pena

 

Fotos: Ana Moliz

Ficha técnica

  • Título: El arte de caligrafía
  • Textos: Iván Caíña
  • Editorial: Zenith, Grupo Planeta
  • Ilustraciones: Iván Caíña y Ales Santos (iconos)
  • Diseño gráfico y editorial: Rifle
  • Fotografía: Cicuta Films | Lorena Grandío (p.186-187)
  • Idioma: español
  • Encuadernación: tapa dura
  • Impresión y encuadernación: Macrolibros
  • Medidas: 190 x 260 mm
  • Páginas: 208
  • ISBN: 978-84-082160-6-3
  • Año de publicación: octubre 2019
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