Te traemos Mapas del mundo en un momento perfecto. Así de claro. Y es que, se acercan las Navidades, y comienzan las cábalas sobre qué vas a regalar que no sea el típico cachibache que se relega a un rincón pasadas dos semanas, cuando se va retirando el árbol y se llenan los contenedores de cartones y papel. Estamos ante una pieza digna del mejor expositor que tengas por casa. Un libro al que acudir siempre que quieras soñar con destinos y curiosidades que te saquen de tu rutina. Una obra que recoge trabajos de ilustración curradísimos, acompañados de preciosas y variadas narraciones, y que son un claro ejercicio de inspiración, técnica y creatividad.

Este inusual compendio de mapas, editado, cómo no, por Libros del Zorro Rojo, nos devuelve la nostalgia por lo analógico, por el papel, al recorrer con la punta del dedo índice cada línea de manera intencionada o al leer detenidamente leyendas y anécdotas. Con armonías cromáticas que son motivo suficiente para pulsar el botón «comprar» . Los distintos estilos en los que se plasman los mapas, recrean un universo al que recurrir cuando estamos mustios a causa de las tediosas jornadas rutinarias. Vamos, un soplo de aire fresco en toda la cara.

Es abrir los ojos a la vida, al color, a los sueños, a los viajes inolvidables, a las costumbres ajenas, a los secretos que se cuentan en tierra propia y extranjera. A las nuevas experiencias, a las caras desconocidas, a los caminos todavía no recorridos. Finalmente, es todo un ejercicio para devolver a los mapas el lugar que les corresponde, que no es otro que el de una guía imprescindible para el descubrimiento de lo que allá afuera se extiende desconocido.

Como dicen desde la propia editorial son «Mapas singulares que emocionan, revelan historias y rehumanizan la cartografía». El recuerdo imborrable de ese amigo con el que hiciste el Camino de Santiago, el interrail por Europa, o el acompañante incansable en tu vuelta al mundo mochila al hombro, harán que quieras dejarle esta joya editorial bajo el árbol de Navidad. O, como quien no quiere la cosa, regalártelo tú mismo/a, que también te lo mereces.

Fotos: Salva Cerdá (Rayitas azules)