Que en estos tiempos de fugacidad sin control, un evento ideado y realizado con pasión y amor por una disciplina —la tipografía en este caso— perviva en el tiempo con buena salud es, sencillamente, motivo de alegría. Hablamos de Glíglifo, el «curso intensivo y pasional» de tipografía que este 2018 alcanza su quinta edición. Posiblemente, a estas alturas, quien más, quien menos del mundillo del diseño conoce este singular curso y a sus dos artífices.

La tipografía y el diseño gráfico son dos disciplinas íntimamente ligadas. Incluso cabría decir que la tipografía es la columna vertebral del diseño gráfico. Y si algo tienen en común, como cualquier actividad intelectual, es que jamás se deja de aprender; hay que mantenerse siempre alerta y no precisamente por los avances tecnológicos que se suceden cada día a más velocidad, sino por la necesidad de profundizar constantemente en los conceptos que dan significado a nuestra profesión. Conocer, al menos, los rudimentos y entresijos de la tipografía nos hará mejores diseñadores gráficos. Y esto es algo que en Glíglifo saben muy bien. Cierto es que en una semana no se hace uno diseñador de tipos, ni falta que hace, no es bueno andarse con prisas, pero por alguna parte hay que empezar.

Recopilación de imágenes de ediciones anteriores

Damiá Rotger y Pedro Arilla, los orgullosos padres de la criatura, están empeñados en que Glíglifo perdure y para ello, en esta edición, amplían la nómina de patrocinadores, destacando la institución de la beca Typo e, que consiste, nada menos, que en una beca equivalente a una matrícula completa, la Bold, es decir, el paquete completo para asistir al curso, con alojamiento y comidas incluidos. La forma de acceder a esta ayuda es muy simple, hay que enviar una carta (sí, una carta, quizá los más mayores las recuerden) de una extensión de entre 400 y 600 palabras, explicando en ella el porqué se quiere asistir a Glíglifo. Es necesario también adjuntar CV.

Recopilación de imágenes de ediciones anteriores

Glíglifo se celebrará, naturalmente, en la increíble localidad aragonesa de Sos del Rey Católico entre los días 16 a 22 de julio y cuenta con tres modalidades de matrícula, Light, Regular y Bold. Y recordad los interesados que las plazas están limitadas a tan solo 30 personas. Así que no lo pienses demasiado y lánzate, porque, como decimos los que hemos tenido la suerte de asistir, se trata de una experiencia que trasciende lo tipográfico y alcanza lo vital, lo emocional.