Tras nuestro anterior biotypo ilustre (e ilustrado), Mr. Windsor, viajamos hasta Suiza para conocer un poco más a nuestra protagonista de hoy. Es natural del país alpino, adora el esquí, es esbelta, desenfadada y, sí, toooooodo el mundo la adora. ¿Sabes ya de quién hablamos? Efectivamente, estás en lo cierto, Miss Helvetica is in da house.
Miss Helvetica nació en Suiza en 1957 en la fundición Haas, aunque mejor no sacarle el tema de la edad, pese a que se conserva estupendamente. Su creador, Max Miedinger, partió de la tipografía Akzidenz Grotesk, diseñada por la fundición Berthold a finales del siglo XIX y la bautizó como Neue Haas Grotesk.
Miss Helvetica suspira y mira al vacío cuando recuerda sus orígenes: “mi relación con mi mami, “Akzidenzy”, como me gusta llamarla, siempre ha sido muy complicada. Ella nunca ha aceptado que su hija la supere en fama y forma, ya sabes qué quiero decir ;3”-sonríe picarona y prosigue- “siempre le digo para animarla que sólo soy una modernización suya y, que aún le queda mucho que maquetar. Pero entre tú y yo, con más de un siglo a las espaldas y (aunque peque de vanidosa) con una versión tan mejorada como yo petándolo tanto, no te quieren ni para diseñar el Qué me dices.
La fama le vino de forma súbita y muy pronto. A los 4 años de su nacimiento, la fundición Stempel compró Haas y, con ello, adquirió los derechos sobre nuestra protagonista. “Stempel siempre tuvo una visión comercial envidiable. Lo primero que me dijeron era que con ese nombre (Neue Haas Grotesk) que no me cabía ni en el DNI, no me iba a comer una coma. Así que me rebautizaron con el nombre artístico de Helvetica, y, al poco tiempo, me empezaron a llover ofertas de imprentas de toda Europa. La Judy Garland de las tipografías me llamaban, no te lo pierdas”.
¿Qué estoy muy vista y aparezco en todas partes? Eso sólo demuestra que todavía hay sentido común y buen gusto en el mundo.Y es que el auge del estilo tipográfico internacional, padre del diseño gráfico contemporáneo, y conocido popularmente como estilo suizo, hizo de ella su musa y máximo exponente tipográfico. De hecho, durante la década de los 50 y los 60, su reinado fue indiscutible. Defensores a ultranza de su belleza como Vignelli o Crouwel, siempre contaban con ella en sus proyectos. Cuando le preguntamos por esta obsesión, ella responde altiva: “Es lo que tiene ser perfecta, y punto. Massimo era todo un cavaliere conmigo y nuestra relación empezaba y acababa en la imprenta. No me creo todavía que nos haya abandonado”.
Su segundo boom tuvo lugar en 1986 cuando Adobe la incluyó en su colección de tipografías para ordenadores personales. Esto provocó que se siguiera empleando muchísimo a finales de los 80 y principios de los 90, con la llegada de los ordenadores personales. De hecho, Apple la incluyó entre las tipografías por defecto de su sistema operativo, dotándola de una gran visibilidad.
“No te voy a engañar, y al principio me veía un tanto “pixelá”, pero enseguida me acostumbré a mi nueva situación. Como se suele decir, redigitalizarse o morir”, nos responde risueña tras interesarnos por su tránsito de plomo a bytes. No obstante, cuando se le pregunta sobre los defectos en su tabla de kerning, Miss Helvetica se pone a la defensiva: “Bueno, ya sabes que cuando una alcanza mi estatus estás vendida y todo son cuchicheos y envidias. ¿Tabla de kerning? La única tabla que me preocupa es la de snow (esgrime una tabla súper molona ante nuestros ojos). Al final sé que todos los diseñadores me quieren por mis curvas… ¿Acaso no has visto lo bien puesto que tengo el hint? Sé que lo has hecho, no paras de mirarme tonto”.
Coloradicos cual bandera suiza, proseguimos charlando sobre su reciente incursión en el mundo del cine, de la mano del documental sobre su persona, Helvetica. “Dime alguna otra tipografía que conozcas que se haya merecido todo un señor documental. A ver si te piensas que todas dan tan bien en la cámara como yo. Cuando Gary me llamó no pude decirle que no. Vale, no es Woody Allen, pero reconoce que en esta película salen diseñadores con neuras suficientes para llenar varias consultas de psicoanalistas”.
Y razón no le falta, Miss Helvetica cuenta con incondicionales y detractores por igual en el mundillo del diseño. “Sí, mucho putearme, pero no veas las miraditas que se le escapan a David Carson cada vez que aparezco en su desplegable de tipos. Si tanto me odias, ¿por qué no me desinstalas?”
Mi supermerecidísima fama y, por qué no admitirlo, cierta tendencia al coqueteo, provoca que algunos se confundan conmigo y se crean que todo el monte es extended. Una cosa es tener un buen par de glifos, y otra que te acusen de ser de kerning facilón.Está claro que las relaciones familiares no son su fuerte. Otro punto negro de su biografía es su relación con su prima (“lejana”, como le gusta a ella puntualizar), Arial. La inclusión gratuita de Arial en Windows provocó que el uso de su prima (lejana) subiera como la espuma, superándola incluso. “Hay quien me para por la calle y me confunde con ella. Yo, que soy muy “salá” como estáis comprobando, me paro, sonrío y me hago la rubia y el selfie de rigor. ¡Otra cosa es que, encima de estar cegarrutos, me pidan un autógrafo! Sans faltar, digo yo, ¿no? Brrrr, es que me ponen Black.
Bueno, y hasta aquí nuestro repaso bioexistencial a Miss Helvetica. Espero que lo hayáis disfrutado y que, la próxima vez que os salte en el gestor, no la tratéis como una cualquiera, que también tiene su corazoncito. ¡Hasta el próximo Byotipo!
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Ilustración de Xero Fernández
Nuestro agradecimiento profundísimo a Xero Fernández, nuestro tipo ilustrado favorito. Si llega a nacer con más arte, le monta la baronesa un museo, eso es así.