En Rayitas Azules, como bien sabréis, somos completos defensores de la filosofía del print is not dead. ¿Qué hace que un libro no sea únicamente leído, sino que además volvamos a él por las sensaciones y experiencias que nos brinda? La respuesta la encontramos en su producción y edición. En un mundo en donde lo digital prolifera, desde el ámbito del diseño continuamos reivindicando la importancia de sentir y vivir un libro de principio a fin. Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Lucía Ferreira y Álvaro Varograff, creadores de La Granja, una editorial que va all-in con la importancia de perpetuar la vida del libro como objeto sensorial.
Y es que, el origen de esta editorial no es el más convencional.
La Granja Editorial: un proyecto desde las Bellas Artes
«La idea de crear La Granja surge, más que como un proyecto pensado y estructurado, como una necesidad de dar un formato determinado a la publicación personal y a un momento concreto. Álvaro estaba en 4º de Bellas Artes y llevaba dos o tres años buscando editorial para publicar algún álbum ilustrado que tenía por desarrollar. Necesitaba escoger un proyecto para su trabajo final de grado, y la idea de dar identidad a una editorial era emocionante.
El objetivo del proyecto sería poder autopublicar y hacer realidad libros o zines de nuestros amigos artistas sin título ni editorial formal que quisiera publicarles.»
Precisamente, que el origen se produjera de esta forma les permitió «trabajar con gente con las mismas inquietudes que nosotros y hacerlo sin grandes pretensiones. Creemos que esto llevó al proyecto a ser un campo de recreo en el que divertirse y simplemente probar a hacer todo aquello que el dinero que recuperábamos con las ventas nos permitiese.»
Lucía Ferreira y Álvaro Varograff, fundadores de La Granja Editorial.
Ver más allá del papel
Teniendo ambos ese origen conjunto en Bellas Artes, no únicamente logran ver más allá del libro como objeto físico, sino que llevan intrínsecos una serie de valores que hacen de La Granja una editorial con corazón y alma.
«No podemos pretender que un libro gráfico conecte al 100% con el lector si el propio libro como objeto no conecta. Nos interesa mucho hablar de lo íntimo, de lo personal, y con lo que el lector pueda conectar y empatizar fácilmente. Esto va enlazado con intentar realizar libros con cuidado y eligiendo muy bien los materiales.»
Ese interés por lo íntimo y lo personal les lleva a un aspecto clave que les define: «Queremos apostar por autores emergentes con un trabajo fantástico pero que aún no han tenido la oportunidad de publicar o que creemos que pueden desarrollar un proyecto muy personal, en lugar de seguir apostando por aquellos que ya están dentro de la dinámica comercial habitual.»
Fotografía: Lidia Pinta (@lipxcs)
No siempre es fácil materializar o traer a la vida un proyecto que hasta entonces ha campado libremente por el mundo de las ideas, por lo que es fundamental la labor que desempeñan las editoriales de ver el potencial de una idea en bruto. ¿Cómo conseguís integrar la visión e ideas del artista con vuestro bagaje?
«Nos gusta convertir el papel del clásico editor (si es que los hay) en un director de arte que aporte y ayude a desarrollar de la mejor manera cada proyecto. Conversamos con el artista y vemos de manera clara desde dónde partimos y hacia dónde queremos llegar ambas partes. Acabamos formando un grupo de trabajo en el que tanto él como nosotros nos supervisamos todo, él suele tratar de transmitir visualmente la idea y nosotros de hacer lo propio con lo táctil.»
Fotografía: Lidia Pinta (@lipxcs)
Y ello, por supuesto, lleva implícita esa filosofía que mencionábamos al principio de la entrevista de que el papel no ha muerto. Todos los que formamos parte del mundo diseñil pertenecemos a un bastión que lucha día a día por un paper revival.
«Creemos firmemente que la dirección que debe tomar el libro es hacia ese objeto que nos dé una experiencia material y táctil además de la visual-lectora. Ahora más que nunca hay muchos formatos distintos de lectura, desde el e-book que se puede acercar al formato tradicional hasta publicaciones en TikTok. Un libro debe aportar algo que otros no poseen: la materialidad, el peso, la textura, el olor, la apertura… Esta evolución no podría darse sin la experimentación, ni gráfica ni material. Solemos escoger autores que se salen de alguna manera de lo habitual para poder buscar esa dirección de la que hablamos.»
El proceso creativo: llevar una idea al mundo tangible.
Muchos de los que siguen el blog son estudiantes de diseño y más específicamente, diseño editorial. Una de las grandes incógnitas que los alumnos suelen tener es cómo se desarrolla el flujo de trabajo entre el artista y la editorial. ¿Cuáles son vuestras fases del proceso creativo que os llevan a materializar lo que el autor pueda tener en la cabeza?
«Tratamos a cada libro como un proyecto plástico en el que intervienen muchas cosas. Las circunstancias de cada autor varían, por lo que una vez que nos ha contado su idea intentamos ordenar desde el principio todas las referencias y herramientas. Así, tanto él como nosotras como editoras, sabemos la dirección en la que puede ir el proyecto.
Una vez hecho esto y teniendo clara la idea, dejamos tiempo al autor para preparar un storyboard de todo o parte del proyecto. Una vez aprobado, pasamos a la creación de las imágenes finales, sin dar pasos en falso y así evitar que el autor trabaje de más.
Mientras sucede todo esto, nosotras vamos dándole vueltas al formato final para poder darle unas pautas acordes y todo vaya sobre ruedas. Para esto, solemos recurrir a herramientas de storytelling y de moodboards visuales que nos convenza tanto a ellos como a nosotros. Siempre hay un porcentaje de azar en el proceso, pero si lo estructuramos bien no es complicado ir solucionando los problemas que puedan surgir.»
Y, hablando de autores y del proceso creativo, ¿cuáles creéis que son los errores más comunes que cometen los editores independientes al abordar sus proyectos?
«No delegar el diseño a especialistas o imágenes a especialistas. Un editor no es más que un profesional (normalmente dentro del campo de las artes) con un gusto personal y ganas de hacerlo bien, pero nadie lo sabe todo. Nosotros delegamos todo lo que tiene que ver con escritura, corrección ortográfica o de estilo, y cada vez más cosas relacionadas con ello porque queremos hacerlo bien. Sin embargo, todo lo relacionado con la imagen, diseño o preparación de archivos lo hacemos nosotros porque estamos especializados en ello.»
No podemos estar más de acuerdo con Álvaro y Lucía. Jorge de Buen nos hablaba de la importancia de delegar en la entrevista sobre 99 reflexiones sobre el diseño editorial: « Si escribo o traduzco hay un corrector que revisa obligatoriamente el trabajo. Existe una «ceguera de autor» que te impide o dificulta encontrar ciertos errores».
Referencias y tendencias: la importancia de estar al día
Dos aspectos esenciales que forman parte del proceso creativo y de desarrollo son, por un lado, contar con una amplia lista de referentes y por otro, estar al tanto de las últimas tendencias. ¿Qué referentes a nivel nacional e internacional poseéis a la hora de desarrollar los proyectos que llegan?
«Solemos empaparnos sobre todo de referencias cercanas o que de alguna manera nos han llegado de manera personal. No podemos empezar a hablar de referentes sin nombrar la labor editorial de Sins Entido, con un catálogo admirable, arriesgado y con autores publicados que aún hoy admiramos y seguimos muy cerquita. También, siguiendo ese espíritu independiente, tenemos a Fulgencio Pimentel, a Ediciones Valientes o Libros del zorro rojo.
También nos han llamado mucho la atención proyectos personales de artistas que nos hemos ido encontrando a lo largo del tiempo. Maguma, por ejemplo, cuenta con publicaciones con formatos inusuales que nos invitan a jugar para leer, como Pandora Dream o Cada Pulpo con su Pulpa.»
¿Y qué tendencias actuales en diseño editorial encontráis más interesantes para los proyectos independientes?
«Sin duda la risografía. Se ha convertido ya no solo en un método de impresión sino en un grupo cultural. Es una manera muy interesante de autoproducir con tintas planas tu trabajo, que lleva intrínseco esa experimentación de la que tanto hemos hablado. Además, es bastante económica en comparación con otros métodos y con unos resultados increíbles (durante estos últimos años nos hemos encontrado a autores que han intentado replicar su resultado para formato digital, lo que comprueba su éxito). Siempre van surgiendo otras tendencias interesantes e innovadoras, aunque suelen ir ligadas a costes elevados o poco accesibles.»
Los desafíos que un proyecto editorial supone
Ya vimos en Málaga Type con Laia Guarro y El dulce sabor del fracaso que, si hay algo que el diseñador esté 24/7 haciendo es: aprender y seguir pa’lante. Los proyectos editoriales siempre traen con ellos una serie de retos que, como profesionales, se deben afrontar de la mejor manera posible.
¿Podríais compartir algún proyecto del que estéis especialmente orgullosos y los desafíos gráficos que tuvisteis que resolver en él?
«Para Lucía fue Algún día será todo más sencillo, de Malena Leo. Tuvimos una pequeña crisis al final del proceso. La imprenta, nos llamó en el último momento comunicándonos que no había stock del papel que habíamos escogido para las cubiertas. Era un papel muy bonito, gofrado con pequeños puntos, que creíamos que daría un gran acabado a nuestro libro. Tras mucho buscar y con miedo de no encontrar uno igual al anterior, encontramos el Rives Design de Antalis y nos enamoró. Fue un flechazo.»
«Para Álvaro su libro Me perdí. Fue un proyecto inicialmente en forma de zine impreso con una impresora convencional de copistería sobre una cartulina negra, pero que al llevarlo a un paso más allá y pasarlo a formato libro nos resultaba complicado. Junto a nuestras amigas de Another Press dimos con la solución: La impresión de tóner preparando los archivos en negro registro. Fue fantástico. Desde ese momento tenemos mucho más en cuenta la materialidad de la propia tinta y su tipo.»

Finalmente, una pregunta que quizá muchos de nuestros lectores se han estado haciendo a lo largo de esta entrevista: ¿Por qué La Granja?
«Volviendo al inicio, nuestra intención era la de publicar todo tipo de proyectos de autores con proyectos gráficos. Para darle sentido, Álvaro pensó en hacer una analogía con una granja y, con ello, contar que cuidaríamos de cada publicación como un animal en nuestra granja (y así poder clasificar cada uno de ellos). Podríamos encontrar cerdos (zine), gallinas y gallos (álbum ilustrado), perros (novela gráfica), ovejas (poesía ilustrada), cabras (libro de artista) y zorros (diseño gráfico).»
Fotografía: Lidia Pinta (@lipxcs)
Conclusión
Si algo nos ha quedado claro tras esta entrevista con La Granja Editorial es que cada proyecto está impregnado de corazón, alma y sensibilidad. Esa pasión se hace tangible en obras como Hormigón de Jaume Vadell o en la maravillosa Agenda Atemporal que ya recomendamos en Regalos de Navidad. En Rayitas Azules, sólo podemos aplaudir esa creatividad y visión hacia el diseño editorial.
También expresar nuestra emoción por querer continuar descubriendo más trabajos llenos de ese amor diseñil que caracteriza a La Granja.
¡Enhorabuena, Lucía y Álvaro!

Fotografía: Lidia Pinta (@lipxcs)