Hacer una selección de fuentes con la intención de localizar las que, a juicio de una, son las mejores de un catálogo tan amplísimo y variado como el de Adobe Fonts es complejo y gratificante a partes iguales, o casi iguales. Con «mejores» nos referimos a aquellas que reúnen estética, técnica, concepto y funcionalidad. Evidentemente, el gusto personal también juega su papel. Pero esta selección, ordenada «por estilos», está pensada, sobre todo, para servir de guía a quienes anden iniciándose en el manejo de tipografías, porque, como solemos advertir, seleccionar la fuente tipográfica adecuada para que encaje como un guante en nuestro proyecto de diseño siempre es un asunto complicado. Vayamos pues educando el ojo, es la mejor manera de formarnos un criterio propio.
Serif
No hay duda de que, desde hace siglos, las serif siempre han estado ahí, por encima de épocas, avances tecnológicos o tendencias más o menos puntuales. Por mucho que durante buena parte del siglo XX las sans parecieran abarcarlo todo, ahí estaban ellas, serenas, sofisticadas, funcionales, elegantes. Y, contra lo que suele pensarse, muy variadas.
Una serif bien elegida puede elevar un proyecto de diseño. Por ejemplo, si queremos combinar regular y cursiva en un mismo texto, escoger una serif como Orpheus Pro, de Canadian Type, con esa riqueza de detalles y esa impronta caligráfica, es una sabia decisión. También como pareja de una grotesk puede ofrecer resultados de gran poder estético. En esta misma línea altamente expresiva se encuentra Freight, de Joshua Darden.
Moret, de The Northern Block, en cambio, es una serif display, es decir, concebida para titulares, algo condensada y de un dinamismo contenido que la hace muy interesante. Aunque si lo que buscamos es rotundidad sin perder estilo, Shift, de Jeremy Mickel, una slab serif netamente estadounidense, es la opción idónea. Por su parte, Wayfinder, de Connary Fagen, es una display intensa y fluida a la vez, además de sinuosa y cálida, de una cierta cualidad líquida.
Sans grotescas
Digamos de entrada que, desde una perspectiva tipográfica los términos «grotesco» y «gótico» son equivalentes, el primero, utilizado sobre todo en Europa, y el segundo, más en Estados Unidos, y en un principio, eran sinónimos de «sans serif» o «palo seco». Pero después de doscientos años desde que hicieron su aparición estas tipografías, llamadas también «comerciales» porque surgieron como respuesta a la eclosión de la publicidad gráfica, —Caslon Two Lines Egyptian se considera la primera, publicada en Londres alrededor de 1816— ya no se puede afirmar que todas las sans sean grotescas. Aunque en todas ellas la característica formal más relevante sea la ausencia de remates o serifs, además de la ausencia de contraste en el trazo.
Los diseños de las primeras sans tendían a la robustez y sólo incluían mayúsculas por aquello de que estaban concebidas para que los anuncios destacaran en las repletas páginas de los diarios de entonces. Por ello los primeros diseños de caja baja (minúsculas) resultaban bastante toscos. Tuvieron que pasar décadas hasta alcanzar el alto grado de refinamiento y belleza estética de, por ejemplo, las legendarias Akzidenz Grotesk, diseñada y publicada por la fundición alemana de Hermman Berthold a finales del siglo XIX, y la Franklin Gothic, publicada en Estados Unidos en 1902, obra de Morris Fuller Benton para la American Type Founders.
Resulta curioso que desde hace décadas las sans han sido sinónimo de modernidad, contemporaneidad, sofisticación y eficacia, con la omnipresente Helvetica como buque insignia. Pero desde hace años, el diseño tipográfico ha decretado que hay que ir más allá.
Neue Haas Unica, de Toshi Omagari para Monotype, merecería un artículo para ella sola. Se trata de una actualización de una fuente clásica de Monotype, Unica, que por motivos legales nunca estuvo disponible. Unica fue un intento de conseguir la supersans definitiva, un híbrido de nada manos que la Helvetica, la Univers y la Akzidenz Grotesk. Ahora, Monotype la trae al presente perfectamente adaptada al entorno digital.
Diseñada por los fabulosos Dalton Maag, Aktiv Grotesk es una versátil, funcional y altamente legible familia tipográfica que da soporte a nada menos que nueve alfabetos o sistemas de escritura: cirílico, griego, árabe, devanagari, tailandés, hebreo, armenio, georgiano y latino. A su vez, Stratos, diseñada por Yoann Minet para Production Type, su caja baja es puramente esférica, y la alta presenta la particularidad de tomar como base un óvalo, razón por la cual ofrece un aspecto condensado realmente atractivo para titulares y marcas.
Sans geométricas
Surgidas durante las primeras décadas del siglo XX bajo la influencia de la Bauhaus, el paradigma de las tipografías geométricas es la Futura, de Paul Renner, publicada en 1927. Se trata de una evolución de las sans, cuya premisa, en la línea de las corrientes artísticas, culturales y técnicas de la época —la de las vanguardias y los ismos—, es la del alejamiento de la huella humana tomando como base de construcción las formas geométricas básicas, la tecnificación y la experimentación.
Encuadrada en este género, Soleil, diseñada por Wolfgang Homola para TypeTogether, hace hincapié en la «tranquilidad» de las formas geométricas, pero sembrando indicios de personalidad y singularidad. Por su parte, Objektiv, de nuevo de Dalton Maag, es todo claridad, «con un atractivo humano único». Curiosamente, las fundiciones actuales, al diseñar fuentes geométricas, siempre tratan de buscar el componente humano de un estilo cuya premisa es, como hemos dicho hace un momento, la huida de toda huella humana. Tendrá mucho que ver quizás con la actual omnipresencia de lo digital, algo que en 1927, cuando Renner presentó su Futura, tan solo los más audaces se atrevían a soñar.
Sans humanistas
A medio camino entre las geométricas y las humanistas y con esa clara referencia en su nombre a la fecha más probable de la aparición de las sans, Brother 1816, diseñada por Fernando Díaz e Ignacio Corbo, de TipoType, responde a la actitud, más que tendencia, de hacer un diseño paradójico, híbrido y fluido, multifacético (como los diseñadores y creativos de hoy en día, que si no sabe hacer casi de todo es como si no supieran nada). Por contra, Gibson, diseñada por Rod McDonald y producida por Canada Type, se presenta como netamente humanista, con un particular toque curvado en su cursiva.
Continuará.