¿Quedaste fascinado por la historia tras bambalinas de Mr. Windsor, Miss Helvetica o Mr. Comic Sans? ¿Necesitas “tipofuerza” extra para encarar septiembre y la vuelta a la rutina? Pues estás de enhorabuena porque regresamos a la actividad bloguera con una “tipa” de traca.

En nuestro esfuerzo por desentrañar los entresijos que se ocultan en los mentideros tipográficos, el equipo de Rayitas azules cruza el charco (física y temporalmente), para charlar con una señora tipo de armas tomar… ¿Una exageración? No os equivoquéis que lo decimos literalmente… Nuestra entrevistada de hoy, Ms. Clarendon, le tiene más querencia a una escopeta que Charlon Heston y Clint Eastwood juntos… Queréis saber más, ¿verdad? Pues poneros a cubierto y ¡a disfrutar!

No habían pasado dos segundos desde que entramos en el saloon donde nos había citado para la entrevista, cuando nos tuvimos que tirar en plancha detrás del piano mientras silbaban las balas. “¡Forajidos! ¡Modernistas! ¡Hipsters! Si tanto os gusta la tipografía venir “pa’ cá” que os voy a dar plomo a lo Pablo Escobar”. Con estas palabras y a balazo limpio nos recibía esta hermosísima, pero peligrosa vaquera. Nos costó convencerla de que íbamos en son de paz y que sólo queríamos entrevistarla para el blog… “No me fío ni un pelo de los forasteros. Desde que me enteré de que para la serie Westworld han llamado a una tipo de palo, estoy más “indigná” que Winona Ryder cuando instalaron las alarmas adhesivas en el Bershka”.

Aunque inglesa de nacimiento, Ms. Clarendon se considera “más yanqui” que un Big Mac. “Aquello sí que eran buenos tiempos”, recuerda con nostalgia tras escupir en un bol metálico y dedicarnos una mirada furibunda. Y es que, el mundo que vio nacer a Ms. Clarendon, difería mucho del de ahora. A principios del s. XIX, con la publicidad en pañales y los medios de comunicación emergiendo con fuerza, las imprentas necesitaban de una tipo atractiva que rompiese los moldes establecidos. “¡Y vaya si los rompí! Hecha añicos dejé la matriz, jeje (nos sonríe y revela varios dientes de oro). Hasta me llamaron ‘egipcia’ porque el mundo egipcio lo petaba mucho por aquel entonces. De egipcia lo que tengo es el perfil. ¡Atiende qué cosa! Ya quisiera la Cleopatra esa tener el par de uppercases que me gasto yo”.

«Tú no sabes lo que daría más de uno, y de dos, por acercase a mis apófiges”

Y no exagera nada de nada (y si lo hace, cualquiera se lo dice) porque su fama corrió como la pólvora. Creada por Robert Besley para la Fann Street Foundry en 1845, la llamaron Clarendon por la prestigiosa Clarendon Press de Oxford. “Gocé de tanta popularidad que solían llamar a cualquier tipo ‘slab serif’ directamente Clarendon’, lo cual me tocaba un poco las serifas por aquello de los derechos de imagen y, sobre todo, porque Clarendon, sólo hay una. Mira que slabs más majas y rotundas.”, nos dice mientras recarga el Winchester de nuevo. “De hecho, fui la primera tipa en ser registrada como debe ser, que en aquella época no había ni Creative Commons de ese ni nada, y el que no corría volaba. La primera influencer tipográfica fui, que me copiaban más que a Sara Carbonero. Cuando venía algún impresor elegante y zalamero para que le firmara derechos de reproducción y demás mandangas, les decía mi frasaca de que: ‘yo no hablo mucho y mi rifle sólo sabe monosílabos’. Qué carusas, madre mía, salían ‘escopetaos’ y me gane cierta fama de difícil en el mundillo”.

Pero fue en el marco del salvaje oeste americano, con sus indios y vaqueros, donde el éxito de Ms. Clarendon fue absoluto. “No había ni un solo cartel de WANTED (se busca) que no me tuviera de protagonista. Con tanto forajido suelto aquello era un no parar, de imprenta en imprenta, eso sí que eran cartelacos. El nombre del forajido, el retratico del malhechor con mala cara y la recompensa… vamos, ¡al turrón! Pero con el modernismo llegó la decadencia y a los diseñadores se les iban los ojos con esa tipodrusca de la Helvética”, traga saliva, escupe de nuevo en el bol y continúa…  “¡Es que no la soporto! ¡Yo empecé el jamonismo tipográfico! ¿Quién quiere una tipa de palo, sin chicha, en lugar de unas buenas curvas para unir serifas? Si escribes WANTED con Helvética crees, de verdad, que van a encontrar a tu gato diabético perdido? Pues ya te digo yo que no. Ahora, ponlo en Clarendon y tendrás a varios cazarrecompensas buscando al gatete”.

¡Las tipos de ahora van por ahí sin serifa ninguna, vamos, unas despendoladas sin una ligadura como Dios manda!”

No obstante, los posters de “Se busca” fueron desapareciendo al ritmo que los forajidos de antaño, para dar paso a los gánster así que “tuve que buscarme la vida en Europa de nuevo. Durante la Primera Guerra Mundial me utilizaron en muchas imprentas alemanas, pero como en el oeste en ningún “lao”. Reconozco que soy de serifas tomar, pero a mí tanto tanque no te creas que me emociona… Soy más de Winchester y Colt. De todas maneras, con la derrota germana se me acabó el chollo y vuelta al paro tipográfico”.

En 1953, Hermann Eidenbenz y el propio Edouard Hoffman le dieron un sutil lavado de cara y, con el género cinematográfico del Spaghetti Western, recuperó cierto prestigio y buena parte de su espíritu rebelde y anarquigráfico. “El propio Sergio Leone, me tiró los tejos y casi me incluyen en el título de una de sus pelis: El bueno, el feo, el malo y el cuerpo, por mi pedazo de cuerpo de letra”, nos guiña el ojo picarona… “y es que en Bold gano, ¡y de qué manera!”.

Lo cierto es que tras esa apariencia de femme fatal a lo Calamity Jane, Ms. Clarendon siempre ha sido una adelantada a su tiempo. “Reciclarse o matar es mi lema. He de confesar que durante un tiempo deambulé perdida de imprenta en imprenta a ver si se les había perdido algo, o si me podían dar aunque fuera un ‘flyercico’ pero no me salía ni un bolo. Con la llegada de la tipografía digital me tuve que rendir a la evidencia y no que quedó otra que pasar por el quirófano tecnografil y dejarme hacer. Pero vamos, que sea en versión analógica o digital, sigo partiendo los glifos”.

Como muestra de sus ganas de innovar y no encasillarse en roles manidos, Ms. Clarendon prestó sus portentosas curvas a marcas como la omnipotente Sony o a cabeceras prestigiosas como la del diario patrio El País. “Lo importante es que hablen de una y currar y, aunque la verdad es que la moda del rollito vintage me toca un poco las astas, no me puedo quejar. Sé que las alturas de mis equis no tienen competencia”.

Y con esta declaración de intenciones tipográficas os dejamos, y esperamos que la vuelta al cole sea suave y lo más fina posible. No os podemos dar Corticoles, pero sabiduría editorial y tipográfica, la que haga falta y más. ¡Hasta el próximo Biotypo!

Ilustración de Xero Fernández

Nuestro agradecimiento torero a Xero Fernández, nuestro tipo ilustrado favorito. Si hubiera nacido en el Far West, en los carteles de “Se busca” aparecería con el seudónimo de Xero Leone. ¡Ahí es nada!